En la imagen superior mi abuela vestida de oscuro al lado de la novia -mi mama-y al lado de mi abuelo «el catire Yanez».
En la foto inferior : mi madre recibiendo el titulo de Bachiller Mercantil
Así le gustaba a ella que le dijeran los nietos «ita» un diminutivo de abuelita, porque”abuela” sonaba muy feo, decía, ja , ja . No sé de donde le venía la fuerza, sería de la tierra que la vio nacer. Esa tierra en donde los tepuyes se alzan como marcas de la grandeza de los suelos. O de la energía del agua que corría formando ríos. Podría ser una mezcla de jaguar, selva y el legado de nuestros ancestros. Nuestros genes deben tener toda esa sabiduría porque sino como explicar la resolución que tenía en todo momento, cuando atravesaba crecidas para llevar a sus hijos enfermos a el poblado más cercano.
Recuerdo cuando era niña y en mi casa se cortaba el suministro eléctrico o como se dice «se iba la luz». Adoraba los relatos de la abuela cuando nos contaba cómo fue su vida. Allá en Rancho Quemao. En ese caserío que abundaban los jaguares; en donde antes de dormir debían dejar encendido fuego alrededor para alejar a los felinos. ¡Qué miedo¡…Y si quería hacernos reír estaban todas las versiones de Tío Tigre y Tío Conejo. O nos contaba como conoció el abuelo a «el catire Yanez». En la época en donde los jóvenes se conocían en los velorios. Ahora yo entiendo porque en los velorios, iba todo el pueblo, ¡claro¡ era la oportunidad de socializar alrededor del fuego . El fuego ha sido el elemento bendito para la reunión con toda la calidez que trae inspira y ayuda a reflexionar.
Ella decía que mi abuelo se parecía a Luis Miguel, el cantante, y yo bromeaba con ella diciéndole; esoo abuela, picara que eras. Es muy fácil querer a mi abuela, aunque tiene 24 años que nos dejo en el plano físico, yo sigo imaginando que esta allá esperándome en su casa para que la sorprenda en la madrugada llegando con el motor apagado, gracias a la pendiente que tiene el camino- Papá apagaba el motor para que no hiciera ruido, le encantaba sorprender a todas mis tías- Yo me quedaba todo el mes de agosto y las navidades. Ella venia a casa a prepararnos empanaditas, con carne papa y huevo, como lo hacen los orientales, compraba tocino en el mercado para hacer chicharrón, además de unas deliciosas cachapas de maíz tierno.
Recuerdo aquella oportunidad cuando amaneció y le pregunte ¿cómo dormiste ita? me contesto: No pude dormir, un señor me preguntaba: ¿cómo estas?, ¿cómo estas?, ¿cómo estás tú? y ella hacia girar los dedos sobre el oído …y ella decía:¡ bien ¡ y retiraba los dedos del oido como retirando algo. Tardé un rato en entender que era el zumbido de un zancudo lo que no la dejo dormir, ja, ja
¿Como la defino?
Adoraba la vida, le temía a la muerte y a dormir sola en el cuarto. Toda la vida, durmió con alguien, primero con los hermanos, luego con el abuelo y por ultimo con mi tía la mayor. Supongo que le tenía miedo a los fantasmas de sus cuentos de fogata- cuando no había electricidad- en los arboles se formaban formas con la luna y el viento era cómplice de los cuentos de camino…
Quien puede decir cuáles son las ventajas de tener una familia. Todas las familias enseñan. Con mi abuela aprendí a sentirme querida, Ella era como un motorcito que impulsaba a todos. No sé cómo describir la alegría que empezaba en mi corazón e inundaba todo mi cuerpo cada vez que sabía que iba a verla. El ambiente se transformaba con solo imaginar que la abuela, mis tíos y primos iban a compartir conmigo, juegos, anécdotas y nos sentaríamos en la mesa a comer los bollitos con queso, perico (huevos con aliños) y el rico café con leche. En la tarde seguro mandaría a Juan a bajar los mamones de la mata y mama pelearía con nosotros para que no mancháramos la ropa con los mamones que nos encantaba llenar de ellos.
A veces me pregunto quién sería yo de no haber nacido en esta familia.
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