Hola mamá, cuantos años ya de ser tu hijo, no el único claro, pero que has tenido que ver, escuchar y sentir por todas las experiencias que te he generado en estas más de cuatro décadas de existencia.

Me has acobijado en tu vientre y sentido todas las veces que me movía dentro de ese cómodo mundo de pensamientos y sensaciones nuevas de las cuales llenaban mi alma a cada momento.

Me has alimentado de tu ser, me brindaste tu amor a cada momento, me has protegido entre esos hermosos brazos cuando más lo necesitaba.

Te proporcione muchos desafíos con mis enfermedades obligándote a llevarme de un lado a otro, con esos viajes interminables y mi débil estómago que cedía con facilidad en esos micros asfixiantes y repletos de personas. Horas y días sin fin postrada sobre una silla viéndome respirar, acudiendo a muchos hospitales y especialistas, por ese premio tan singular y único que era ver la paz, la tranquilidad y la alegría en mi semblante.

El tener que dejarme bajo decisiones emocionales muy difíciles siendo aun muy pequeño a vivir en otros lugares por breves y largos periodos de tiempo por cuestiones económicas.

El desafío de educarme y ver mi evolución a medida que el tiempo transcurría muy lentamente. Mi adolescencia, cambios hormonales, encierros e incertidumbres. Observarte y ver que en tu ser hacías lo imposible por ayudarme pero nada daba resultados, tu necesidad y obligación de sacarme y verme feliz no alcanzaban para llegar hasta las profundidades en las que yo me habia sumergido.

El estremecedor desafío del desapego, si, lo conozco, el estar tanto tiempo a tu lado y de repente saber que tu hijo quiere volar y experimentar la vida fuera del hogar y de la protección que por largo tiempo me brindaste.

Tu primera nieta y los que llegaron después, las idas y vueltas de tu hijo tratando e intentando sentar cabeza por estar perdido en un mundo completamente turbulento y caótico.

Y el ahora del ahora, con más cambios de los más que están por llegar, sabiendo que tu hijo ya no responde a las éticas de una sociedad arraigada y esclavizada bajo costumbres, ideologías y creencias estériles de una humanidad dormida.

Si hermosa y única mamá, mi mamá ¿cuán rica de experiencias y desafíos estas envuelta que en estos maravillosos tiempos de tus años dorados puedes juntar?

Ya has cabalgado mucho por estos entornos, ya sabes como son, los conoces de una y mil maneras, ahora tienes ante ti la más desafiante de todas tus pruebas por esto tan hermoso al que llamamos vida, descubrir y saber quien eres y lo que habita en tu interior, porque el título de «Mamá» ya lo posees con los más altos honores que un hijo te puede brindar, su amor.

Te amo por siempre y para siempre, Mamá.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS