Estoy acà. Hace 59 años que estoy en este planeta , y dentro de el me encuentro en Argentina, en una ciudad inquieta. Estoy acà porque alrededor del año 1860 un niño que dormìa la siesta en algùn pueblo de España junto a su madre, fue sacado de los brazos de ella por su tìo y traìdo hasta un pequeño pueblo dentro de la provincia de Buenos Aires llamado Chacra. Este pequeño de nombre Francisco creciò, se puso de novio y se caso con Elisa Iturrieta hija de inmigrantes españoles.

De ese matrimonio nacieròn 4 hijos , Erminda , Celio , Francisco , y Atilio mi abuelo casado con Bernarda quien dieron a luz a Elizabeth , Blanca Rosa , mi madre , Edgardo , y Atilio . Todos criados en Chacra y a la muerte de Bernarda , mi abuela se mudaròn a la ciudad de Lobos a unos no muchos kilometros de donde habìan nacido. Mi madre , Blanca que hoy ostenta 94 años casada con Raùl , mi padre fallecido hace dos años dieron a luz a mi hermano Jorge y a mi , Daniel quien les comenta esta breve historia de la que no quedan demasiados vestigios ya que fue transmitida verbalmente de parte de Francisco Martinez , el pequeño que fue arrancado de los brazos de su madre. Me quedan solo las ganas de pensar que en algùn lugar de España , hay personas unidas a mi por la misma sangre , somos raìz del mìsmo àrbol y seguramente nunca nos veremos a los ojos.

Es asì que recuerdo un poco mi àrbol o arbusto genealògico podado por el mejor jardinero, el tiempo.

Delante existen flores que mueren y nacen como nosotros , los hombres . Solos , subiendo en silencio escaleras sin peldaños . Porque queda claro que hemos nacido con el fin de morir , crudo? si o no , depende desde el lugar que uno lo vea.

Aun hoy , por momentos , recuerdo los domingos . Mis tìas y tìos extendìan unas tablas largas de madera sostenidas por varios caballetes . En ellas desparramaban la harina suficiente para comenzar a amasar los ñoquis de los domingos. En el camino habìa quedado aquel niño arrancado de los brazos de su madre , es decir , mi tatarabuela . Una mujer imagino con mirada dulce y cabello negro azabache . Hoy a la distancia miro sus ojos muertos por la tristeza de no saber lo que hoy , le quiero contar , que aquì , estamos nosotros , los que llevamos su sangre . .

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