Hace una semana que no se nada de ti
ya perdí la cuenta de las veces en que nos hemos distanciado,
conocerte fue un cambio radical en mi vida
viniste a desmarañar todo y a darme de beber la esperanza.
Pero los fantasmas del pasado que acechan nuestras vidas
no nos permitieron dar rienda suelta a este amor y
a cambio nos han separado una vez más.
Una noche de Febrero hace diez años llegaste a mi vida
con el corazón dañado por tantas amarguras
y yo, creyéndome tu ángel protector te abracé con mis alas.
Pero mis oscuros fantasmas, compañeros de amarguras y
de heridas ocultas, egoístas y celosos vinieron a interponerse
entre nuestro amor idílico.
Tan curadas no estaban mis heridas, solo ocultas para
no llorar a gritos, ni tan ángel ni tan protectora, si lo que
necesitaba era un fuerte abrazo.
Ni tan ángel ni tan protectora si lo que pedía a gritos era
un baño de dulzura, de pasión y de alegrías.
Mis carencias y las tuyas fueron carcomiendo la esperanza
y de tanto en tanto mas era daño el que nos ocasionábamos.
Empezó a tornarse osca la vida juntos, el silencio se hizo
dueño de nuestra cama y nos dejó sin nada que decir.
El sinsabor de la indiferencia fue apagando la luz que una
vez encendimos y ya los besos no sabían a ese amor que
tanto me gustaba.
Cuántas veces hemos transitado este camino, de culpas
de castigarnos de alejarnos de … cuántas veces ?
esperando que un milagro nos renueve lo que nosotros
destruimos.
Hemos prometido que todo sera diferente, lo hemos intentado
pero no ha sido suficiente, cuando el alma ennegrecida por
las penas trata de amar a otro sin sanarse antes, nada puede
lograr ni nada puede dar.
Hace una semana que no se nada de ti
y es tan fácil como tomar el teléfono y llamarte
pero a la vez es tan difícil como escuchar tu voz
y sentir que todo ha muerto, no quiero saberlo, no quiero
sentirlo, quiero guardar la esperanza de que en algún
lugar del camino me estarás esperando y nos encontraremos.
Quiero vaciar mis penas, redimir mi alma y
aprovechar la tregua para que el día postrero
pueda estar lista para ese encuentro y si así no fuera que
la vida lo quisiera y ya nunca más de ti otra vez supiera
por lo menos decir que tanto dolor valió la pena y
ya estoy liberada de mis sombras mas negras.
Te estaré esperando en el siguiente día, en el siguiente
año, en la siguiente vida.
Te estaré esperando aunque solo sea para saber que
a ti también te ayudo mi lejanía.
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