En 2007 acabé la carrera. Me encontré con un vacío emocional. Una inmensa desolación en mi vida a todos los niveles. Anhedonia.Nada me interesaba. Tenia un gigantesco lío mental dentro de mi cabeza. Cientos de proyectos, pero ninguna concreción práctica a corto o medio plazo. ¿ Que hacer con mi vida? ¿ Ha valido la pena dejarse la piel en la Universidad Pompeu i Fabra? Mis padres se han dejado un pastizal en mi. Y ahora se supone que yo debo corresponder a la inversión que ellos han realizado sobre mi para darles la satisfacción de no ser un indigente moral, un parásito con un título colgado en la pared.

No me apetece se un engranaje del Sistema. No me gusta hipotecarme tan pronto sin antes vivir , viajar, beberme la vida a quemarropa. Ser un odiseo. No quiero cerrar mis sueños de lo que realmente me gusta y me llena: escribir, comunicar, contar historias. No quiero ser un gris y mediocre funcionario que trabaja como Agente Judicial llevando pleitos, ejecutando embargos, empapelando a ciudadanos. Niet.

En definitiva, paso por un estado mental muy próximo a la Teoría del Caos. Un gigantesco puzzle con múltiples opciones hacia donde encauzar mi vida, pero ninguna de esas opciones me parecen lo suficientemente atractivas . No ayuda mucho el leerme el libro de Paul Auster «4,3,2,1» donde el autor hace un ejercicio soberbio de «¿Que hubiera pasado si hubieras actuado de otra forma en un momento crucial de tu vida?»

Recuerdo que me leí «El Graduado» , una novela icónica de Charles Webb y luego me bebí su posterior adaptación al celuloide .Un film clásico interpretado por Dustin Hoffman.

Sinopsis: Dustin interpreta a un recién graduado que ha superado exitosamente sus exámenes, pero que no tiene las cosas claras. En ningún sentido. Ni moral, ni sentimental, ni profesionalmente.

Me identifico con Benjamin Braddock . Tengo 21 años, vuelvo a casa a pasar unas vacaciones.Estoy en el sofá de mi casa, con mis padres, que intentan comprenderme. Que me apoyan y tratan de no irritarme. Me dan consuelo y cariño, pero yo estoy salvajemente excitado viendo la escena final de la película, cuando Dustin Hoffman entra en la capilla donde se está celebrando la boda de su amada, Elaine, (Interpretada por Katharine Ross).

Convendría reseñar previamente que Ben Braddock después de encontrarse varias veces con la señora Robinson, ha tenido sexo muchas veces con ella. La Señora Robinson le prohíbe ver a su hija. Benjamin se enamora de Elaine. Cuando todo sale a la luz, Benjamin se encuentra solo y abandonado. Aun así, lucha para ver a Elaine y expresarle sus sentimientos.

El argumento esconde una historia oculta respecto a Elaine y a Benjamin, historia que parece conocer muy bien Mrs. Robinson, y que parece ser la verdadera razón de su oposición a la relación entre ambos. Cuál sea esta historia oculta es un misterio dado que nada se dice expresamente; quizá un dato sea el que la Sra. Robinson se casó en una boda sin amor.

Y la historia se repite, cíclicamente.

Ella ( Elaine) se está casando sin amor con un chico rubio, alto y de buena posición. Cuando están a punto de darse el «Si, quiero», Dustin ( Ben Braddock) el suelta el grito desgarrador de » Elaineeeee».

La cámara vuela presentándonos las caras enfurecidas de los padres de la novia. De los invitados. De los bien pensantes. El Señor y la señora Robinson ( una excepcional actuación de la madura actriz Anne Bancroft) son los más irritados de todos. Ella ( Elaine) le mira y se da cuenta de que Ben está loco de amor por ella. Salen los dos corriendo de la iglesia con una multitud de indignados testigos y asistentes a la fracasada ceremonia. Luego se montan en un autobús que pasa casualmente por ahí y los dejan detrás, ladrando de furia y odio. Triunfa el Amor; acaba la película.

Empiezan mis comidas de tarro. Porque yo me he enamorado de una chica imposible. Una alemana de 21 años que no está por la labor. Y se sufre, y mucho.

Quedo impactado emocionalmente por la película. Es sólo una de las muchas que me visualizo en ése tórrido verano de 2007 mientras me siento cada día mas desgraciado.

Me veo decenas de películas holgazaneando en el diván, Leo manuales troskistas, novelas góticas, manuales de auto ayuda, obras de Bukowsky y acerca de las decisiones que marcan el tempo de nuestras vidas.

Siento toda la rabia de mis 21 años desperdiciados en una sucesión de exámenes y pruebas académicas que me han dejado agotado intelectualmente. ¿ A cambio de que?.

Decido realizar un viaje iniciático. Huir, dejar que corra el aire. Ser un vagabundo. Recorrer mundo con lo básico en mi mochila. Beberme la vida. Recorrer mundo. Recabar experiencias.Visitara la chica alemana, claro.he leído cientos de veces sus cartas. Intento elucubrar si detrás de sus frases hay algo mas que sólo una relacción puramente epistolar

Dicho y hecho.

Me embarco en la cabina de un camionero que va hacia Alemania. hago mis previsiones y decido que lo mejor es que la teutona no se muestra partidaria de verme, ser yo quien tome la iniciativa. Ya saben, lo de la Montaña y Mahoma. Es la forma mas barata de viajar; tengo 680 euros. Dicho y hecho. Lo malo es que el caminonero es un alcohólico. Cada 100 kilómetros, más o menos, para el leviatán de 20 toneladas y se toma un pastis, un anís o una absenta en cada bareto de la carretera.

El viaje se eterniza. El tipo va bolinga perdido. Tiene que parar para dormir la mona cada cortos intervalos de tiempo.Yo había calculado 4 días de viaje hasta llegar a Hamburgo. Pero a mitad del Languedoc, en una de la curdas del borrachín, decido abrirme y abandonar al enólico.

A éste paso se pasará el verano antes de llegar y mi amada se habrá evaporado. O lo que es pero, me habrá olvidado.

( ¿CONTINUARA?)

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