Cuando fui a explicarte los motivos por los que no podía, – más bien no debía- ir a la comida programada, no fuiste capaz de concederme la oportunidad de expresar lo que sentía y que continúo sintiendo. Espero que tu mirada se alargue hasta el final de estas pocas palabras. Si cuando tengas este papel entre los dedos decides arrojarlo a la papelera sin ni siquiera ojearlo, será tu elección. No espero respuesta, sólo es una pequeña reflexión de un amigo a un amigo que, por casualidad,-¿o no?- es su Jefe.

Cuando hablé contigo percibí tu nerviosismo y tus ojos parecían asemejarse bastante a los de una bestia enjaulada. Te has tomado la negativa de la mayoría para asistir al tradicional evento anual, como una ofensa, un complot contra tu persona. No es así. Pero se me ocurren muchas razones para que la gente no tenga ganas de actos sociales. Los unos se irán dentro de poco a otra empresa, esa que ha comprado algunas de nuestras filiales con trabajadores incluidos. Locales, materiales y personas, todo en la misma cesta. Otros se encuentran en un plan aún por definir. Y lo que es más grave, unos días los unos están en un proyecto y, a la mañana siguiente, como por arte de magia, se encuentran en medio de otro. Nadie sabe ya a qué atenerse y en el ambiente la presión sube tanto que la olla no va a poder aguantar mucho y la explosión puede suceder en cualquier momento. Sí, estamos enfrentados los unos con los otros, hablamos poco y con mucha suspicacia y hay miradas que son peores que un cuchillo. Tenemos hambre de carne y sed de sangre. Además, estamos inmersos en un proceso de traslado de locales que nos está amargando aún más si cabe.

No sé qué pensar: quizás hay dos bandos, o tres, o más….. «grupitos» de intereses, hablando bajito y conspirando…. Quizás. Dijiste que estabas cansado de luchar, pues los demás también, cansados, quemados o como quieras llamarlo. Mi opinión sigue siendo la misma, no tomaré parte en una batalla perdida por antelación ya que las decisiones están tomadas y no hay derecho a recurso. Los que se van ya están elegidos y los que se quedan también, a pesar de que quieren hacernos creer lo contrario. Los dados están echados y la suerte de cada uno de nosotros está entre las manos de unos directivos que solo tienen un Dios, la Ganancia. Tu suerte también por supuesto. –Cómo puedes ver no me olvido de ti.-

¿Para qué estar a favor de, o, en contra de..? Sólo somos marionetas y los titiriteros nos mueven al son de sus intereses

Aquí, ahora solo hay agitación, dolor y malestar. En estos momentos la comida de Navidad es irrelevante. Y, si el ambiente esta tenso y revuelto está en tus manos apaciguarlo. ¿Dónde está tu fuerza? ¿Dónde está el luchador que no para nunca hasta conseguir lo que quiere? ¿Dónde está el hombre que sabe dar seguridad y animo en los momentos difíciles?¿Estás cansado por muchos años de agotamiento y miles de batallas? ¿Qué más da una más? Por lo menos intenta que algunas aguas vuelvan a su cauce. Muévete, habla, quien quiere puede. No eches la toalla, ya que si la tiras….. Pues, todo se ira «a hacer puñetas». Amigo, yo sólo quiero trabajar y que la empresa me jubile dentro de unos años. -Si has llegado hasta aquí, puedo intuir en tus labios una mueca.- Estamos en medio de una revolución y yo hablando de jubilaciones……… Esta empresa es nuestro pan, y nadie está dispuesto a renunciar a él. Así es que saca las fuerzas de donde puedas y anula esa maldita comida de Navidad que ahora mismo no tiene sentido.Se hará cuando se pueda si es que quedamos algunos. Además, que importa que sea en Navidad, Pascua o en pleno verano. Y como dijo Kafka, “en tu lucha contra el resto del mundo, te aconsejo que te pongas del lado del resto del mundo.” Reflexiona.

FIN

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