La inocencia perdida

La inocencia perdida

A Ese Desconocido

02/05/2018

La mayoría de los niños quiere hacerse mayor antes de tiempo.

Él simplemente quería seguir siendo niño.

Pero es que él no era como todos los demás.

Ni siquiera tenía sueños por delante. Ni ser astronauta ni ser futbolista.

Tampoco es que conociera esas palabras.

Él se alimentaba simplemente de su día a día. A veces, también de sus noches.

Un 10 de mayo consiguió ver la tele y no le gustó lo que vio.

Una de esas entrevistas infantiles teñidas de ternura virgen en prime time.

Niños riendo. Niños felices. Occidentales.

Esa sonrisa permanente que él nunca consiguió demostrar.

Un esbozo de envidia, de sinrazón, o simplemente de impotencia le sacudía.

Ellos jugaban y se divertían. Él descubría otro mundo.

Todo tan extraño y tan ajeno a lo suyo.

Aquellos niños hablaban soñando. Soñaban despiertos.

Imaginaban cómo serían de mayores. ¿Qué serían y qué harían?

Médicos, abogados, bomberos o policías… Como papá.

Palabras que salían de sus bocas con tanta facilidad.

Esperanzas de profesiones que nunca escuchó.

En realidad ni siquiera sabía el significado de hacerse mayor.

Con nueve años solo conocía el olor de un taller clandestino.

La textura del caucho de zapatillas falsificadas al por mayor.

O lo que desgastan los gritos y amenazas 24/7 con tal de aumentar la producción.

Mínimo respeto, máximo rendimiento. Esa era la única premisa.

El dinero nunca tuvo más valor que el tiempo, tan escaso para él.

No tenía tiempo ni para perder el tiempo.

Y por eso siempre lo valoró por encima de todo. Por encima de todos.

Descubrió de forma prematura el significado de algunos conceptos.

El de injusticia, de explotación, de ética y de moral, y cómo no, el de esclavitud.

Esa fue su educación. Y por «contentar´´ al patrón, nunca faltaba a «clase´´.

Ese 10 de mayo se le quedó grabado en la memoria.

Aquellos niños hablando de sueños. Hablando de otro mundo y en otro mundo.

Por que en el suyo nunca tuvo la oportunidad de soñar.

Soñar simplemente fue un privilegio perdido al nacer.

Conformándose con su realidad. Turbia, negra e involuntaria.

Por eso nunca supo lo que querrían decir con ser mayor.

Porque él en cierto modo, ya lo era.

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