El niño limpiabotas

El niño limpiabotas

Julio Díaz

01/05/2018

Conocí la historia de un niño de muy bajos recursos, sin Padre, y con un hogar arropado de la pobreza, el cual debía trabajar para ayudar a sostener su golpeado hogar, colapsado entre una crisis económica, familiar y social; sin embargo, debía tomar fuerza y algo de una conciencia impuesta en su infancia, para salir desde la 5 hasta las 7 de la mañana, a vender periódico, y ganarle al tiempo para llegar a la escuela, en el turno diurno, regularmente llegaba tarde y era objeto de burla de compañeros y comentarios despectivos de su maestro, por las fachas en la que regularmente llegaba al salón «sudado y asustado», con facilidad se distraía en la clase, pensando en todas las cosas pendientes por hacer en su casa y como ayudar a su Madre.

Al salir de la escuela, y posterior a su almuerzo, se dirigía a su habitual y formal trabajo «Limpiar Botas», con su cajón en mano y sus utensilios adentro: Betún, cepillos, pañitos y agua; aquí comenzaba desde temprana horas de la tarde recorriendo las plazas, los comercios y los parques, ofreciendo sus servicios a viva voz, un niño que no llegaba a los 10 años pero se comportaba de la talla de un adulto responsable, pero igual lo asaltaban los pensamientos, sueños y deseos de niños, el cual estaba consiente que solo estarían y se desarrollarían en su mente.

También mencionaba la frecuencia, al salir de la escuela tener una riña con otros compañeros por la burla de ser un limpiabotas, algo que no le indignada, ya que mantenía como mástil el consejo de su Madre: «El trabajo dignifica», pero cuando estaba en el recreo hablando con alguna compañerita, y le comenzaba a decir: «limpiabotas, limpiabotas, limpiabotas, ven y me limpias las botas», todo cambiaba drasticamente y nuevamente a los puños al salir de la escuela, si llegaba con el uniforme rasgado o mas sucio de lo normal, era castigado en su casa, por busca pleitos y así era un día normal de escuela.

Pero igual, nuevamente, desde las 2 de la tarde hasta las 6 de la tarde, tenia que buscar su compañero, el cajón y salir a trabajar, me comento que este trabajo lo mantuvo por mas de 6 años, hasta los 14 años, cuando un amigo de la familia le ofreció a su madre, que este niño ahora adolescente fuera su ayudante de carga y descarga en un camión de reparto de víveres en los pueblos y caseríos vecinos.

En los primeros días de su nuevo trabajo se alegraba, de haber dejado de ser un limpiabotas, ya no andaba a pie de calle en calle, intentando limpiar zapatos a quien no quería, o convencer nuevamente al que se limpio los zapatos el día anterior; ahora andaba en un vehículo con la esperanza de algún día manejarlo, sin embargo, este mundo es muy extraño y a las semanas al llegar a su casa veía su viejo compañero, el cajón de limpiar zapatos que ademas de ser su herramienta de trabajo, fue su juguete y también su amigo confidente, su camarada de calle y de trabajo, fueron un Equipo, un Gran Equipo.

Su amigo ahora estaba arrumado, solo y sucio, ahora le tocaba cuidarlo y limpiarlo y ahora paso de limpia botas a limpia cajón de limpia botas, y así paso un año mas limpiando su cajón frecuentemente, alguien que te había ayudado en tu infancia, ahora tu no lo podías abandonar y olvidar tan fácilmente; uno de los secretos de la vida, es ser agradecido, por todas las cosas que te suceden buenas o malas, a la final vamos aprendiendo y todo nos van formando, que es lo importante.

Este niño limpiabotas, el adolescente ayudante de camión, a la final logro aprender a conducir el camión, y esto lo llevo a ser un gran conductor, con el tiempo en su vida de adulto, llego a tener sus propios vehículos el cual seguía manejando bien sea como Taxista o una unidad de transporte de mas de 24 pasajeros y llamado en mi país seria «Busetero».

Este hombre, vivió sus años con una interesante pero no fácil historia de niño, la cual no quiso repetir con sus hijos, y le inculco la disciplina del estudio y del trabajo, formándose mediante el abrigo de la educación y los valores, sus hijos llegaron a ser todos profesionales, un sueño que lo pensó desde que era un niño que caminaba con su cajón por las calles, cambiar la historia de otros niños, empezando por sus hijos.

Esta historia me conmovió al oírla de parte de mi Padre, el cual hasta ese día lo conocía como un profesional del volante, ahora valoraba más a este hombre, me sentía mas orgulloso de el, es importante conocer la historia de la familia donde existen los verdaderos tesoros y epopeya familiar, «esencia de trabajo y esfuerzo».

A la final, considero que mi Padre descubrió desde su infancia una de las máximas de Napoleón Bonaparte: «Los hijos se deben educar 20 años antes de su nacimiento, desde la educación de sus Padre».

Bendiciones a todos los Niños Trabajadores.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS