SUEÑOS Y LADRILLOS
Llovía copiosamente sobre la ciudad y sus alrededores y desde el mediodía todos los animalitos del lugar habían buscado refugio en algún árbol cercano para protegerse del frío y los intensos vientos. Aquella era una tarde triste… o al menos así lo sentía don Anselmo, quien miraba absorto por la ventana sumido en sus meditaciones y sus miedos inconfesables que le hacían sentir su alma como atrapada entre las brumas de los recuerdos y los desengaños.
Unas décadas atrás, él fue un hombre fortachón y vigoroso, que no se acobardaba ante ningún reto que le impusiera su trabajo, pero allí estaba ahora sintiéndose solo, con una pesada carga sobre sus hombros envejecidos, desgastados y maltrechos.
Pensaba una y otra vez en sus hijos y sus nietos. Ellos eran ya la cuarta generación de su familia, y es en ellos donde comienza la preocupación y la incertidumbre de presentir que con ella, al parecer se verá truncado el legado familiar. Como es posible se pregunta, que después de tantas décadas, después de tanto esfuerzo y sacrificio por preservar y dar continuidad a este trabajo que ha dado alegrías más que penas, a ellos y sus ancestros, hoy no haya nadie que quiera continuar con ese legado.
Ya sus hijos, sus sobrinos y sus nietos, visualizan otro futuro alejados de ese terruño, desinteresados por completo del trabajo en esos hornos que albergan en sus fauces incandescentes a los numerosos y térreos adobes que después de ese proceso por el fuego donde adquieren solidez y su cobrizo color, son almacenados en largas hileras, formando un laberinto gigantesco de ladrillos, donde esperan pacientemente la caricia del sol y de los vientos, para que les arrebate la humedad y les de la firmeza requerida.
Si, la verdad es un trabajo arduo y agotador, que como todo, a veces tiene inconvenientes: Ya las lluvias con sus vientos fríos, ya la falta de demanda en el mercado e incluso la dificultad para conseguir los materiales como lo son la arcilla, o el aserrín que está escaseando, el agua misma que es vital para mezclar los componentes y que poco a poco, los humanos vamos agotando al no cuidar los recursos naturales. Ese trabajo que también implica el sacrificio de transportar los materiales, pagar la mano de obra de las largas jornadas de trabajo a la intemperie, incluso adquirir los retales de madera que son el combustible para avivar el fuego en los hornos para lograr que cumplan su labor.
¡Y con todo y lo arduo del trabajo, ellos, su familia, lo han hecho cada día, cada año hasta la presente generación!
Fueron sus antepasados los que con su esfuerzo y disciplina ayudaron a construir esta ilusión y a continuar ese legado familiar que ha sido su fuente de trabajo hasta la fecha. Un trabajo que trae una historia milenaria, pues se dice que comenzó con los agricultores del neolítico, antes de la época pre -cerámica.
Una labor y conocimiento que sus padres adquirieron de sus ancestros y fueron transmitiendo a sus hijos, inculcando en ellos ese legado de amor por el oficio, por su terruño y sus costumbres, ese legado que hoy poco a poco está muriendo, que al parecer para la presente generación ya no es importante… ya está en vías de extinción!
Y mientras observa caer la lluvia a través de la ventana con profunda nostalgia, también meditaba en la ironía de esta historia, pues se necesita de un trabajo arduo y de recursos naturales para poder fabricar esos ladrillos con los que se construirá una casa, mil casas, millones de casas que nos ayuden a sostener la ilusión de un hogar seguro para nosotros y nuestras familias y que de paso llene las arcas del monopolio de la construcción, y en una mínima parte los bolsillos del diligente constructor. Pero ese, es y será siempre el círculo de la vida!
Y es este sentimiento de impotencia y de angustia ante lo incierto, lo que hace sentir a don Anselmo completamente abatido, mientras un extraño y fuerte dolor va creciendo allá en el fondo del lado izquierdo de su pecho… un dolor agudo y fulminante, como ese rayo que se diviso de repente en el horizonte plomizo de esa lluviosa tarde!
Autora: Rosalba Erazo Castro
Seudónimo: Rossi Er
Derechos reservados de autor
Colombia
Glosario:
-Adobe: Masa de barro y paja, moldeada en forma de ladrillo y secada al sol, utilizada en la construcción.
-Arcilla: Tierra constituida por agregados de silicatos de aluminio hidratados; es de color blanco en estado puro, y mezclada con el agua forma una materia muy plástica que se endurece al cocinarla.
– Aserrín: Viruta que sale de la madera aserrada. El aserrín se usa como material de combustión en algunos lugares.
–Ladrillos: Pieza de arcilla cocida, generalmente con forma de prisma rectangular, que se usa en la construcción de muros, paredes, pilares, etc.
-Ladrillera: Lugar donde se fabrican ladrillos.
Fotos: Camila A. Mejía
Derechos reservados
Colombia
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