A veces vuelo y observo,
a veces ruedo y me sesgo,
a veces huelo y vuelo,
a veces sonrío y ruedo,
y a veces me vuelvo fuego:
fuego de estar vivo,
fuego cuando amamos,
fuego cuando odiamos,
fuego que nos hace brasas de fracasos
y el mismo que nos reconvierte
para arder y sentir
el fuego de vivir.
Ayer te vi en un sueño,
hoy te olvidé en sueños;
anoche te vi en un ascensor,
hoy bajé al invierno.
Vi tus ojos entre espejos
y sentí ese viento.
La verdad siempre es esquiva a los deseos y a los sueños.
Ayer te vi y mi cuerpo se paralizó menos.
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