Todo parecía un trayecto más, ir de Madrid a Jaén era un habitual en la vida de la joven pareja de Manu y Ana, pero una tarde de septiembre las cosas se alocaron un poco más.
En esta historia una de las protagonistas es Carla, una chica jiennense afincada en Estados Unidos. La joven Carla decidió abandonar España por trabajo, puesto que la sociología le resultó más atractiva en América, lo que no sabía al marchar es que nunca regresaría a casa igual.
Esto se debe a que en Nueva York conoció a Miguel, un chico amable que en poco tiempo le cambió la vida.
Carla y Miguel empezaron a salir al poco de conocerse porque se enamoraron enseguida, y se fueron a vivir juntos seguidamente porque las tardes en común tras la salida de la oficina eran bastante exiguas. El problema vino cuando Carla quiso que Miguel conociera a su familia.
Un 4 de septiembre, al otro lado del charco, María y Óscar aguardaban la llegada a casa de su hija. Sabían que Carla tenía un vuelo directo a Madrid que la dejaría allí por la tarde, por lo que tenía margen suficiente para llegar a Jaén en el mismo día. Lo que no sabían es que Miguel también iría.
El viernes 6 todo transcurrió como se prevenía, Miguel llegó bien a Madrid y su orientación fue lo suficientemente acertada como para lograr abandonar la terminal. El problema es que no sabía dónde acudir después, porque tenía que encontrar a Manu y Ana a través de las indicaciones de Carla, quien había reservado en su lugar una plaza de Blablacar. La cuestión es que el encuentro de estos tres era muy complicado de gestionar…
Esto se debe a que Miguel es sordomudo, lo cual imposibilitaba a Manu y Ana la comunicación directa con él. Por ello, Carla era un nexo determinante, el problema es que no se encontraba en los ojos de Miguel. Así, tras infinidad de indicaciones, Carla consiguió averiguar la ubicación exacta de su pareja, quién no tuvo acceso a su ubicación móvil en todo el día, casualidades de la vida. Así, Manu terminó yendo al encuentro de Miguel, por lo que finalmente todos pudieron llegar a Jaén al anochecer. De esta forma, Blablacar y sus buenos drivers lo volvieron a hacer, reencontrando a la pareja antes de la llegada de un nuevo día.
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