SABRAS QUE AUN TE QUIERO

Te veré en unos meses, o quizás en unos días,
tan radiante y vibrante como el día de nuestra despedida.
No sé si en ese instante me lanzaré hacia ti, anhelando envolverte en un abrazo
o si me alejaré en silencio, con la cabeza inclinada.
Lo que sí sé es que pasarás sin mirar hacia mi lado,
con un gesto lento que inmovilizará mi mirada en tus labios.

Me quedaré en silencio para no llamar tu atención,
pues sé que ya no te importo, desde que otra alma esta para ti
te mirare de lejos admirando el fascinante resplandor de tus ojos.
No te llamaré, porque quizás para ti, yo estoy en el olvido;
el tiempo arrasa con todo, y tú no recordarás nada de mí.
Pero yo sí te recordaré, pues el tiempo no me es suficiente para olvidar.

Te veré en unos días, en unos meses, o quizás nunca más,
tal vez cuando te vea finalmente pueda dormir,
sabiendo que estás feliz caeré en cuenta que esto llegó a su fin,
aunque para mí nunca haya sido así.

Nunca dejé de pensar en ti, y a una piedra le conté nuestros secretos.
Le confié que ya no estás, pero que aún te quiero,
compartí con ella los detalles de cada caricia y aquellos besos,
y esa piedra escuchó una y mil veces que aún te quiero.

Te veré en unos días, en unos meses, en unos años,
para susurrarte al oído que aún te quiero.
Me alejaré con calma, guiado por la suave brisa del viento,
y permitiré que el aire se lleve lentamente el recuerdo de lo nuestro.

Verás en el horizonte un sol rojizo que evocará aquel sentimiento,
ese que te daba paz en cada verano y aún más en el invierno.
Te visitaré en unos días; esos momentos serán para recordarte
que sigo presente y que en tu corazón sabrás que aún te quiero.