Donde duermen los sentido muere el olvido, es en ese punto donde el recuerdo susurra y la noche olvida las horas, cada día me repito es hora de despertar, pero el día me abraza con letargo a la conexión perdida del cerebro dormido.

La luz desgarra mi pupila es hora de despertar, lánguida y desolada camino hacia el baño en busca de agua que restaure mis sentidos en el presente, mírate eres el reflejo marchito, establece un escalón en cada día que ilumine el valle, camina despacio pero firme.

Hoy es el día llego el manto luminiscente con colores difusos brotando del tintero, ardientes anhelan el espejismo del oasis, esa utopía brota, no es igual pero es completamente necesaria para fluir y crear una nueva senda abriendo un camino sin importar el destino, atrás queda el delirio ciego, por llego la destrucción del caos con delirios de grandeza y prepotencia insolente abriendo la caja de pandora.

Nada es para siempre, todo valle tiene su cima y todo es necesario, sin las curvas no hay camino, ni susurros en el aire.

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