Bendito Parque que deja vernos cuando no podemos estar.
Tranquilos caminos de piedra que apaciguan nuestra brutal ansiedad.
Tocarte con mi voz al sentir la clandestinidad.
Cubrirme de plásticos para que en cada viaje se embellezca nuestra intimidad.
Saborearte aunque sea amargo, aunque esté sucio, aunque esté mal.
Sentirte mío aún no siéndolo, incluso cuando no quieres estar.
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