Noche trágica

No puedo negar que desde que se fue ya no soy el mismo, que ahora la vida se maneja de una manera diferente, todo es simple, cotidiano, muy solitario, las cosas carecen de valor, los sentimientos de alegría, felicidad, están muy lejos de mí.

Su recuerdo se acentúa en estas horas de la noche, una botella de whisky me acompaña para recordarla, ella se fue y la casa está tan vacía, ¡NO HAY NADA!, tantas cosas, tantos recuerdos en esta casa pero en realidad no hay nada, a veces yo mismo me pierdo entre mis pasos y desaparezco y no me encuentro. Nuestros hijos… lejos de casa. Sólo éramos tú y yo.

Pero ya no estas y te desvaneces en mis recuerdos, desearía llorar pero no siento nada, no siento tristeza solo un gran vacío que solo la muerte puede llenar y anhelo su llegada porque eso significaría un cambio en mi solitaria vida . Y es que pienso en cuánto he cambiado, recuerdo cuánto me esforcé en construir esta casa, en las cosas de valor que compré y que ahora no tienen importancia para mí, desearía salir a caminar y caminar hasta que mis piernas no dieran más, desearía cansar mi cuerpo frente al sol hasta la extinción de mis días.

En esta noche trágica te recuerdo, pero, ¿A dónde fuiste? ¿cómo es que todo de tí se fue? ¿dónde queda tu esencia?. La muerte es incomprensible. Mis pensamientos divagan sin rumbo por senderos tormentosos, son muchas preguntas que a pesar de mis años no tengo respuesta, es complicado vivir aquí.

Sentado en esta casa solitaria, el tiempo se acorta y los días poco a poco se van terminando para mí, a fuera amanece, el mundo continúa su marcha, las personas continúan sus vidas, allá a fuera te han olvidado. Más allá de la ventana, más allá de las nubes, más allá del firmamento existes tú y es a donde yo iré. Quiero creerlo así.

La luz ingresa por la ventana y se esparce por cada rincón y me aleja de esta oscuridad, las personas salen de sus casas, se empieza a escuchar el ajetreo de la calle. Hoy será un hermoso día, creo que saldré a caminar…