Detesto verme ir detrás de ti y también sentir cuando lo haces tú… porque ¿para qué, si podemos ir juntos uno al lado del otro? y… anochecer charlando, hablando de más, enredando todo un poco.
No quiero controlarme, quiero ser contigo lo que soy sin pensar… y amanecer con el pelo de Son Gokū, continuar SINTIÉNDOME asombrada de tu belleza, de tu poderío, de tu inteligencia. PILLARME cada día de ti como el primer día… incluso más ¡fíjate! RECONOCERME sonriéndole a una pantalla iluminada que tiene tu foto de fondo… VIVIR entre tus manos, observar asombrada tus manías al hablar, verte dejar la cordura a un ladito cuando me pides mimos o me hablas de esas cosas que nadie más sabe… y ver como enloqueces al sentir mi sola presencia al llegar a algún sitio donde hayamos quedado.
Y entiendo, sé que tienes un pasado, no me molestan tus historias. Si estoy contigo es porque me permito SER vulnerable, creer en ti y entiendo que no volverás a repetir conmigo ciertas actitudes del pasado que me generan innecesarias inseguridades ni que volverás a ensuciar nuestra preciosa historia con más mentiras. No puedo definirte por tus errores sino por las lecciones que has aprendido de ellos.
Además, todo tiene su momento y ya no pienso forzar las cosas, analizarlas hasta quedar dormida del cansancio o rogar por tenerte cerca. El ritmo de las cosas es el que es y lo que tiene que ser será cuando le toque. Y si no toca nunca, lo que toca es dejar ir lo que se esté yendo… lo que nunca existió en realidad, cortar el amor y soltar-soltar-soltar hasta dejarlo ir ¡no hay más!
Posdata: En donde estés, si no quieres compartir el aire que respiras conmigo… ya no te espero en mi rincón secreto donde los sueños se suelen hacer realidad ¡ya no!
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