TEMPLARIOS DEL SIGLO XXI
JOSE LUIS LAZARO RICO
YO Francisco Pérez, como HUGO DE PAYNS, Gran Maestre de los caballeros templarios, juro ante Dios y ante vosotros hermanos:
Juro vivir y morir con honor Juro combatir la iniquidad y socorrer a mi prójimo Juro igual en la guerra como en la paz que ningún caballero será considerado por mí como enemigo aunque sea adversario Juro fidelidad al temple y esforzarme en perpeturle Juro respeto a las damas, veneración a las madres protección a los niños y a los ancianos asistencia a los enfermos y a los necesitados Juro respetar la fe y buscar más la verdad que la gloria, el honor que los honores si, por desgracia yo traicionara mi juramento ruego ser expulsado de la Orden como traidor y que se me dé muerte de la manera más vil posible.
El silencio sepulcral rompía el aire, en la cripta de la Soterranea. Allí se encontraban reunidas nueve personas con una misma misión: “consagrar su vida a las armas y a Dios”. La cripta estaba formada por tres capillas, la central y más grande presidida por una mesa, la mesa sagrada de Salomón, rodeada de ocho tronos y un sillón real, que presidía el gran Maestre. De sus paredes colgaba un gran estandarte con los colores mitad blanco y mitad negro, con la gran cruz roja de los templarios, además de escudos, armas y recuerdos de numerosas batallas. La sala iluminada por la luz mágica de las antorchas, retrocedían el tiempo hasta 1118, año de la fundación de la Orden del Temple. La capilla de la derecha era una autentica gruta, de la propia roca salía un manantial de aguas sanadoras, la simbología sobre la madre tierra y la protección de las deidades se manifestaban constantemente. Tres importantes objetos formaban parte de la pequeña capilla: el candelabro de 7 brazos, el Arca de la Alianza y el Santo Grial. Los tesoros más buscados en el mundo entero. Dentro del Arca de la Alianza, se encontraban perfectamente protegidos, los manuscritos sobre los descendientes del Rey David, Jesús de Nazaret y los respectivos parentescos con las actuales dinastías. En la capilla de la izquierda se encontraban las 9 espadas de los caballeros templarios y una gran pila crematoria de piedra que siempre estaba encendida, dando a la salas una calidez y un ambiente sobrenatural. En la capilla central el gran Maestre Hugo de Payns, sentado en la mesa sagrada de Salomón, junto con sus hermanos templarios y tras pronunciar su juramento, empezó a hablar.
- -“Sed bienvenidos a la orden del temple, estamos aquí reunidos como Caballeros y Damas templarios, el mundo sabrá de vosotros y de vuestro compromiso. Sed fieles a vuestro juramento y luchad por un mundo mejor siguiendo el Evangelio de Cristo y procurad la fortaleza de la orden, para que a través de vosotros pueda desempeñar la misión que se nos ha encomendado.”
- -Si alguno de los presentes tiene algo que alegar sobre el nuevo caballero…, que lo manifieste o calle para siempre”.
–“Hoy cerramos el círculo del 8, ocho templarios fundadores con un Gran Maestre, ocho templarios que junto con Pierre D àumont lograron escapar de la quema en la hoguera del Gran Maestre templario Jacques de Molay.”
De nuevo el silencio reinaba en la capilla central, tras un largo minuto el Gran Maestre templario Hugo de Payns acompañado de seis hombres y dos mujeres se dirigieron a la capilla donde el fuego presidia, se colocaron en círculo alrededor de la pila de las ceremonias, cada uno con su espada, su hábito blanco con la cruz roja, menos el nuevo postulante templario que tenía las manos vacías y el cuerpo desnudo. El templario Bernardo de Clairvaux, considerado como el último Druida, ejercía como sacerdote y capellán de la Orden, portaba la biblia, a su lado André de Montbard que sostenía en la mano derecha una botella con aceite de oliva, después estaba la Dama Azalais con un trozo de pan y el Santo Grial con vino, Marc Larmenius portaba un par de espuelas, Godofredo de Saint Omer el candelabro de 7 brazos, Pierre Daumont sostenía la espada del nuevo templario y la Dama Inés con el anillo de caballero y hábito blanco para investir al postulante en la orden del temple.
Bernardo de Clairvaux comenzó a leer la Biblia, el pasaje del Sermón de la montaña y las siete Beatitudes, al finalizar el Gran Maestre preguntó al aspirante a caballero Templario´
- -Juan López, como Jacques de Molay, profesas la religión cristiana?
- – si soy cristiano y profeso por la gracia de Dios -respondió el aspirante a caballero – juras ante Dios y estos caballeros presentes, tus hermanos, ser fiel a la orden del temple y consagrar tu vida a las armas y a Dios? -si lo juro. Jacques de Molay recitó en voz alta el juramento templario, después se colocó echado boca abajo con los brazos abiertos en forma de cruz sobre su nueva túnica blanca.Cuatro caballeros tomaron posiciones uno se colocó frente a su cabeza, otro frente a su brazo izquierdo, otro frente a su brazo derecho y el último frente a sus pies, todos mirando al frente empezaron a caminaren círculo en el sentido de las agujas del reloj diciendo la frase:
NON NOBIS DOMINE NON NOBIS, SED NOMINE, TUO DA GLORIAM.
NADA PARA MI, SEÑOR… TODO EN LA GLORIA DE TU NOMBRE.
Dieron tres vueltas recitando el himno templario por excelencia, después el candidato se levantó, se enfundó el hábito templario y se arrodilló para que el Sacerdote de la orden le ungiera con el aceite,comió un trozo de pan y bebió el vino del Santo Grial, la Dama Inés se acercó para colocar el anillo de caballero en su dedo diciendo: – este anillo representa la unión entre tú y nuestra orden – así sea -respondió el nuevo Templario El Gran Maestre Hugo de Payns le colocó la espada en las manos diciendo: – recibe y usa esta espada como un símbolo de caballero, el cual está sobre un hombre comun, pues tu legado es del sevicio al prójimo y a nuestro señor Jesucristo, ya que solo ante él te inclinaras -así sea
El maestre le colocó su espada sobre la cabeza y sobre los hombros: – Yo Gran Maestre Templario Hugo de Payn te invisto (espada en el hombro derecho) constituyo (espada en el hombro izquierdo) y acepto (espada sobre la cabeza), en la orden civil y militar de los Caballeros Templarios –Así sea – respondió el nuevo Caballero Templario – levántese señor caballero y sea bienvenido a la orden de los Caballeros del Temple.
Todos fueron a felicitar al nuevo caballero templario, besos y abrazos se multiplicaron entre sonrisas y alabanzas, tras unos minutos se despojaron de sus hábitos y colgaron sus espadas cada una en sus respectivos lugares, antes de abandonar la cripta de la Soterranea, uno a uno fueron leyendo en voz alta un verso colocado arriba en la puerta de salida. “por esta escalera quien más baja sube más, porque para subir al cielo, siempre se sube bajando”.
La entrada de la cripta estaba situada justo en el altar de la Abadía Cisterciense de Santa María de Moreruela, disimulada por un cuadro de San Bernardo de Claraval. Esta cripta era prácticamente una copia de la Basílica de San Vicente de Ávila, dedicada a la Virgen de la Soterranea y que los monjes del Cister y ahora los Caballeros Templarios aprovechaban para sus reuniones secretas.
Ahora en el comedor de la Abadía de Santa María de Moreruela, el tiempo recobró la realidad, siglo XXI del año 2021, con una reunión de amigos en torno a la mesa, departiendo temas y aficiones, degustando buenos vinos de Rivera del Duero y disfrutando de embutidos ibéricos, jamón de pata negra y queso curado.
El enclave de la abadía difícilmente podía estar en un sitio más rebosante de hermosura que este, a media ladera de una sierra, cara al sol, entre fértiles huertas, verdes praderas y bosques de abedules, hayas, y castaños, teniendo a sus pies y a pocos kilómetros el lago de Sanabria, en Zamora. Para llegar hasta allí se hacía por un camino de tierra desde el pueblo de Granja de Moreruela.
Esta abadía estaba parte rehabilitada y parte en ruinas.Para Paco Pérez, que había tomado el nombre de Hugo de Payns fundador y primer Maestre Templario, era el lugar ideal por varios motivos, primero era una abadía discreta de difícil acceso, segundo porque a pocos kilómetros se encontraba un repetidor de antena, tercero por disponer de un pasadizo secreto de varios kilómetros que llevaban desde la cripta hasta la iglesia del pueblo y por último, por tener el dominio y control como Abad de la abadía sobre los monjes dedicados al “ora y labora”, monjes ya mayores dedicados en cuerpo y alma a tareas de la huerta, cocina y mantenimiento del cementerio, un lugar que tras excavaciones arqueológicas en la década de los 80, se descubrieron enterramientos anteriores a Carlos III y que tenían varias tumbas y panteones de grandes familias nobles y adineradas, como la de Don Fernán Pérez Ponce de León y su esposa Doña Urraca Gutiérrez de Meneses, que entregaban grandes cantidades de dinero a los monjes por su cuidado y mantenimiento, Evidentemente todo este dinero era controlado por Paco Pérez, destinado al mantenimiento de la Orden del Temple y a sus más ocultos planes.
El sol caía lentamente sobre castaños y abedules, la oscuridad empezaba a tomar la abadía, los monjes del Cister con gran puntualidad y con la puesta del sol se retiraban a sus celdas y aposentos. Tan solo quedaban los Templarios terminando la celebración de su nuevo miembro de la Orden, poco a poco se fueron marchando a continuar con su vida cotidiana y volver al siglo XXI, año 2021.
Paco Pérez, posiblemente, era el hombre más buscado de este mundo, le buscaba el F.B.I, la Interpol, la C.I.A, la policía, guardia civil de España, la mafia Rusa y talvez todos los caza recompensas de la tierra y parte del universo.
El gran periodista, famoso escritor, estrella de la radio y televisión, Paco Pérez se había convertido en el Gran Maestre de los Templarios Hugo de Payns, en su camino y como buen camaleón, había adoptado todas las formas posibles para cumplir sus objetivos y resolver sus Top Secret, cumplir la justicia que necesitaban las víctimas, “su justicia”.
Se había disfrazado de viejo y de una maciza rubia para vengar a Tamara Palomo víctima de unos desalmados que violaron y mataron a la pobre niña. En su segundo caso se hizo pasar por ciego, por un bohemio amante de los escorpiones y por taxista amigo de delincuentes y drogadictos y todo para vengar la muerte de Ricardo Jiménez y la corrupción del juez Galindo.
En Irlanda y tras la busca del terrorista Víctor, Paco Pérez se disfrazó de cura para eliminar al terrorista, para el camaleón no había secretos en la transformación y en el camuflaje. Para cumplir “su justicia” con el violador de Ángela Castejón, el perfecto disfraz de médico le llevó a su objetivo y tras mantener a los delincuentes varios días encerrados hizo que confesaran. En el caso de Jorge Pinzón el camaleón pasó varios días en silla de ruedas simulando el papel de Capitán retirado y después como electricista. Hizo de camarero en el «café Madrid» y de metre en el restaurante «La paella Valenciana».
Paco Pérez maestro del disfraz y del camuflaje no solo había conseguido ser el justiciero vengador más buscado, también había conseguido fieles amigos que se sumaron a su causa, aunque si bien es verdad, algunos como Octavio, Gabi y su querida Anita habían sacrificado su vida.Después de ajusticiar a Ivan Karpov, el ruso, se había buscado como enemigo a la mafia rusa, por lo cual tuvo que desaparecer y marcharse a Australia varios años hasta que todo se tranquilizase.La mayor ventaja con la que contaba Paco Pérez era que nadie conocía su rostro, había pasado muchas veces por el quirofano transformando su cara, además nadie conocía su destino, su paradero ni sus intenciones, si estaba muerto o vivo y que nueva forma tendría el camaleón.En Australia tuvo tiempo de planear su regreso a España, su nuevo aspecto sería el de monje de clausura del Cister, y su nuevo objetivo formar los Templarios del sigloXXI. Llegar hasta la Abadía de Santa María de Moreruela en Zamora había sido un camino relativamente fácil, simplemente una pequeña investigación de los 10 viejos monjes, un Abad y una falsa carta con la designación del nuevo Abad. El antiguo Abad pasó a mejor vida tras un inesperado ataque al corazón, enterrado allí mismo y sin más, todo con recato y sin llamar la atención, continuando con la vida de recogimiento, con el ora y labora, como si nada hubiese pasado en la Abadía. La incorporación a la orden del Cister de Fernando Blázquez, que ejercía de Templario como Bernardo de Clairvaux, el último Druida, fue sencilla, simplemente se presentó en la puerta de la Abadía con su Habito del Cister, recibido por el Abad y reconocido por los restantes monjes, su misión era la de proveedor de alimentos y de enseres para la Abadía y los hermanos monjes.
El voto de silencio y el de obediencia ayudaba en mucho la labor de control de la Abadía. Ningún monje ponía en duda nada de nada, dedicados a rezar, las tareas de la huerta, comer y volver a rezar.La comunicación con el exterior la llevaban a cabo el propio Paco Pérez y su mano derecha Fernando Blázquez.
Todo iba sobre ruedas en el entorno maravilloso, en plena naturaleza, alejados del mundo, en la paz de la Abadía, el grupo de Templarios comenzaban a idear sus planes “consagrar su vida a las armas y a Dios”.
Con la incorporación del joven Juan López, con el nombre de Jacques de Molay como último Templario, quedaba completa la formación de la orden del Temple en ocho miembros y el Gran Maestre, justo igual que el inicio de la orden cuando en otro tiempo viajaron a tierra Santa, allá en Jerusalem, para proteger y atender a los peregrinos cristianos y que se ubicaron en las caballerizas del Templo de Salomón por la gratitud del Rey Balduino II.
Los pequeños objetivos de librar a los cristianos de enemigos de la fe, de defender iglesias y templos, lugares católicos, tradiciones y ritos, era el inicio para conseguir el objetivo final… la destrucción de la sede de la Alianza de las Civilizaciones y a ser posible con los enemigos de la fe dentro.
TEMPLARIOS DEL SIGLO XXI
SINOPSIS
El hombre más buscado por la C.I.A , Interpol, K.G.B, mafia Rusa y la policía de todos los países del mundo,un antiguo periodista de notable éxito, ahora convertido en vengador justiciero de las víctimas que han sufrido alguna injusticia, decide crear en pleno siglo XXI, un nuevo grupo de caballeros Templarios, ocho auténticos especialistas y profesionales que dedicaran su vida en cuerpo y alma al servicio de las armas y de Dios. Sin olvidar ritos y tradiciones de los Templarios, combatirán a los enemigos de la fe, expulsaran de territorio cristiano a los infieles, protegerán y ayudarán a los peregrinos que buscan el camino de Dios. El objetivo final, mediante un perfecto y estratégico plan es intentar destruir la sede de la Alianza de Civilizaciones con el mayor número de enemigos de la fe dentro.
OPINIONES Y COMENTARIOS