CONCURSO INFRAORDINARIO

En el paso continúo por la librería del pasillo de mi casa, me llamaba de forma particular la atención un título que se adentraba, así, sin más, en el corazón: “Mañana en la batalla piensa en mí” de Javier Marías; el cambio de los libros de sitio no modificaba mi obsesión y sin una idea clara tenía un trato diferente respecto al resto, por su título encerraba algo que era necesario conocer.

Se murió Javier Marías y hago el duelo, que siempre hago con los grandes escritores, y leo su obra, como un recuerdo y un tributo a su colosal esfuerzo.

Esta noche agarro con avidez el libro ,coloco la almohada en la cama, siento el roce del cabello en la tela, sobre mis hombros el peso de la lana de la toquilla de mi madre, es mi toque de consuelo por su ausencia, cada noche, ¡salvo en el verano claro!. Lo tengo entre mis manos, lo acaricio con la mirada y con los dedos ¡por fin juntos me digo y le digo!, me disculpo “tenías muchas páginas y yo mucho trabajo”. Ya me siento mejor con expresarlo. ¡También hay que sincerarse con los libros!

Me impresiona también la portada, hay un soldado armado en la cubierta, caído , paso las hojas con rapidez y su sonido seco se escucha en la noche , la ilustración es “El soldado de la Resurrección”, fragmento del Retablo de Issenheim,1510-1515, de Matthías Grunewald; Lo busco en Google, obra maestra de la pintura, realismo médico en la Crucifixión de Cristo, es historia de la Medicina porque pone de relieve los signos de la Peste del Fuego (Ergotismo o Fuego de San Antonio), el tratamiento, entre otros , que prescribían los Frailes Antoninos que atendían a los enfermos era ver Imágenes sagradas y con ello la identificación con el Cristo Sufriente y la esperanza de la Resurrección . Allí está nuestro soldado deslumbrado por luz del Cristo Resucitado. Una portada, ¡una obra de arte por descubrir!

Con el sudor que impregna las manos y resbala sobre el bolígrafo, escribo estas palabras.

¡Qué belleza singular traerá el interior del libro!

“Mañana en la batalla piensa en mí, caiga tu espada sin filo, desespera y muere”. (“Ricardo III”. Shakespeare) ¡Se anuncia otra obra de arte!.

¡Vive Dios, que acariciaré las portadas! y escudriñaré lo que nos dice el autor antes de adentrarme en su obra.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS