Infraordinario. Soy el polvo que levantan los animales al caminar por la calle. Los baches, las piedras que chocan la una con la otra, rompiéndose y perdiéndose. Soy el ruido de las ventas ambulantes, las risas de los niños y soy el llanto de una madre. Y aunque ahora camino en el pavimento, entre edificios y aviones, por dentro, sigo siendo aquella calle.
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