Pituitaria privilegiada

Pituitaria privilegiada

Daniel Mata

26/01/2023

Un relato infraordinario.

– ¿De verdad no te importa?

Llevaba un vestido de fiesta negro, corto como los escrúpulos de un político, el pelo revuelto y los labios de un rojo ofensivo.

-De verdad que no – mintió él desde el sofá mientras se abrochaba la bata.

La puerta se cerró tras ella e inmediatamente se oyó el eco de sus tacones rebotando en las escaleras.

Apagó la tele para concentrarse mejor y aspiró profundamente. Algo le había perturbado. Un olor. Estaba dotado de una pituitaria privilegiada, recordaba olores como el que colecciona sellos. Olores femeninos. Novias, amantes, amigas, profesoras, tanto daba. En una caja guardaba un pañuelo de su madre muerta, de vez en cuando lo sacaba y lo olía, transportándose inmediatamente a su niñez. Sabía que cada vez el olor se atenuaba, matando el recuerdo de su madre poco a poco. Y ahora ella…

Cuando se agachó a besarle había olido el perfume de siempre, el que él le había regalado en su primer aniversario. Perfume floral con predominancia de rosas y un toque de jazmín que al contacto con su piel mostraba notas de vainilla. Eso era correcto pero luego había notado otra cosa. ¿El gel de ducha? No, ese era de soja, aunque él defendía que en realidad olía a judías verdes. Cerró los ojos tratando de recordar. El olor le había venido cuando ella se incorporó tras besarle. Gel de higiene íntima, ese sabor que tantas veces había degustado con lascivo deleite. Mierda, se la estaba pegando con otro.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS