La brisa roza las hojas del arce. Una baila a su son pendida de un hilo de tela de araña. Su brillo dorado de sol se dispone a descansar, durante el largo invierno, en una silla descuidada del jardín.
La brisa roza las hojas del arce. Una baila a su son pendida de un hilo de tela de araña. Su brillo dorado de sol se dispone a descansar, durante el largo invierno, en una silla descuidada del jardín.
OPINIONES Y COMENTARIOS