Un paso fuera dejando historia, viento fragmentado de un otoño esperanzador.
Abrazos cálidos para prontamente enfriarse por la lejanía de dos espíritus.
Un real adiós con «quédate aún»
Pupilas encontrándose… y; y un parpadeo de ojos brillosos. Tienen el corazón herido.
Instantes marcados de eternidad,
posible preso de la memoria. ¿ Se puede ausentar sin ser recordada ?
Nuestra historia debería continuar como el estruendo sonido del amor, irónicas palabras del mismo reflejo que confusamente expresan nuestras almas sin acojo.
El reloj comienza a dar las once, y esto aumenta la impaciencia del joven conductor, que inmediatamente alza la voz más aún cuando nos ve retroceder para sujetarnos nuevamente las manos. El ambiente esta significativamente superficial. Indiferencia del ser humano.
La ansiedad oculta mil gritos que en silencio mi corazón delataba. Estrellas en mi mente sin brillar ante la confusa oscuridad de la realidad. Un dolor cargado sobre ésta calle que será recordada solo con un objetivo; eternamente se anhela algo que no existe.
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