Hace algún tiempo te observo y te robaste mis miradas. Tal cómo un imán que atrae un metal, haz logrado atraerme. llevo noches en vela pensando en por qué no puedo dejar de mirarte. Entonces, escapo, cómo un soldado que huye de la guerra con la esperanza de guardar su vida. A mí ya ni esperanzas me quedan. Se que no debo amarte, el amor no es para cobardes. Pero, ¿Qué hago si no puedo dejar de pensarte? Últimamente me conformo con solo poder verte sonreír. Me vuelvo cada vez más patético. No esperaré nunca que me pienses cómo yo te pienso, ¿Quién podría querer a alguien que no se quiere a si mismo? La falta de seguridad pierde todo atractivo. Día y noche me pierdo en mis pensamientos. Algún día podré desaparecer, y al fin estos sentimientos, en paz podrán morir. Tengo miedo de amar, no valgo para tanto. Me gusta poder verte, y si pierdo eso ya no querré ver nada. Antes, tenía una cabeza infestada de ideas y sueños, pensaba en la unión y en la fuerza de los puños alzados, soñaba con un mundo mejor, donde se pueda amar y confiar, donde se ayude por amor a ayudar y no por esperar algo a cambio. Ahora solo pienso en ti, todos mis sueños se tratan de ti, te pienso en todas partes y en todo momento. Me he vuelto adicto al recuerdo de tu mirada, de esos cautivadores luceros que me llenan con su cálido veneno. Embriagado de ansiedad y amor, con las esperanzas perdidas, sin armas ni armaduras, permíteme preguntarte, ¿Por qué es tan difícil decir te amo?  

Etiquetas: amor cartas sentimiento

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