Y aquí, al frente del mar, sintiendo la brisa tocando mi cara haciendo volar mi pelo, sintiendo el sonido de las olas que rompen en las rocas que decoran la arena, mirando la orilla que emula una frontera de dos mundos completamente distintos, oliendo ese aroma a sal que llama a la purificación del ser. Aquí mismo se me antoja escribirte mi querida letra P. Es que el movimiento que veo en el mar me recuerda el tsunami con olas de 10 metros que dejaste en mis aguas. Y es que a mi primera vista de la situación, me dejaste sin salvavidas sin yo ni siquiera saber nadar. Tampoco había faro alrededor para que iluminara mi naufragio ni dibujara mis posibles próximos pasos.Pero es que nadie sabia, ni siquiera tu y menos yo, nadie sospechaba lo que podía nacer de aquella catástrofe.Me dejaste en tales condiciones sin previo aviso, pero cuando ya las olas se habían calmado un poco, cuando los gritos de desesperación se habían apagado también, tuve que buscar en mi propio barco, redes que me ayudaran a pescar el alimento que necesitaba. Y así, sin sospecha alguna, tuve que aprender a pescar y a nadar ¡Santo Cristo! y que sospesas me encontré. Logre zambullirme en esas aguas a primera vista peligrosas y pude flotar en medio de la tormenta, pude nadar y nadar, aun cuando sentí que las fuerzas no me sostenían o que no podía ya mas oxigeno agarrar. Hasta que llegue a la orilla, hasta que me encontré con la vida.Mi querida letra P, fue una travesía difícil, titánica diría yo, desafiante. Pero es que sin tu desafió impuesto jamás hubiera podido saber que yo era mi propia ancla, que en mis océanos turbulentos encontraría tesoros aun sin ser descubiertos, que la misma agua que sentía me iba a ahogar, fue la que me purificó y me lavó.¿Quien lo diría? Si hasta las gaviotas que me vinieron a ver en la orilla me hablaban con su vuelo de paz y libertad, y la misma arena que me recibía me sostenía y me abrigaba así sin más.Adorada letra P, gracias por ese regalo que me diste, al fin y al cabo, de encontrarme, explorarme y salvarme, gracias por regalarle paz, paciencia, purificación y perdón.Ahora, mi querida letra P, con este mismo mar de testigo, te dejo ir ahora yo a ti, para que tu te limpies y sanes, te explores en todas tus facetas y posibilidades. Gracias y adiós mi adorada letra P, que las olas te lleven donde el infinito alcanza el horizonte.
OPINIONES Y COMENTARIOS