“Milena y su arte”

Hacía algún tiempo atrás una niña de nombre, Milena, vivía muy feliz con sus padres en un pueblo llamado Irati, cerca de un exótico bosque. La pequeña tenía unos enormes ojos negros azabache, nariz respingada, largas trenzas rojizas y ante todo una personalidad encantadora que la distinguía del resto de niñas. Ella sentía una fuerte pasión por las artes, específicamente por la pintura, sus primeros garabatos los realizó en las piedras multiformes del bosque con un carbón afinado. A partir de los cuatro años de edad sus padres la ingresaron en el Instituto de Artes Guayasamín.

Diez años más tarde, Milena, sabía pintar como nadie lo había hecho hasta entonces, era admirada por sus compañeros y profesores, pero su mejor amiga de la infancia, Elisa, la hija de la temida bruja, Eleonora, sentía envidia de las habilidades de ella. Entonces, el último día de clase, la pequeña bruja rompió todas las pinturas y dio fin a la amistad con Milena.

-Cosas muy malas te sucederán a ti y a tus padres, sino te vas del pueblo. ¡Lárgate!

Milena, asustada, salió corriendo hacía el bosque donde se encontró con unas criaturas, conocidas como trolls, que tenían sus rostros llenos de verrugas, su piel verdosa y áspera, aparentaba la corteza del Guayacán, orejas puntiagudas y peludas. La niña estaba aterrada, quiso correr, sin embargo, no pudo mover sus pies, sentía que no eran parte de su cuerpo y quedó atrapada sobre una roca. Los trolls murmuraban a su alrededor.

– Convirtámosla en un troll más para agradar a la reina. ¡Preparemos el ritual!

Milena intentaba zafarse de esa fuerza sobrenatural que la mantenía atrapada, pero no lo lograba. Repentinamente una radiante luz encegueció a la niña por unos segundos y dispersó a los trolls a sus madrigueras. Cuando pudo abrir los ojos, Milena, se encontraba en otro lugar, se le acercaron unas criaturas que se presentaron como elfos y su apariencia humana le daban algo de seguridad.

– ¡Estas a salvo! Cuidaremos de ti junto con el hada Margot, quien te admira mucho, somos los guardianes del bosque y de todos los que entren en él.

-Gracias, por su ayuda, pero temo también por la vida de mis padres.

Milena les contó sobre la amenaza que Elisa le había hecho, en aquel momento los elfos planearon destruir la maldad de los trolls y las brujas.

-Te acompañaremos de retorno a casa, es muy peligroso, Milena, que estés sola.

Margot, una poderosa hada celeste, junto a los elfos custodiaron a Milena. En el trayecto se presentaron los trolls escoltados de Eleonora y Elisa, quienes atacaron a la niña, pero los malvados no se habían percatado de que ella estaba protegida de Margot, quien sacó su barita mágica y hecho dentro de una gran bolsa a los trolls. En seguida los elfos con sus polvos fantásticos los transformaron en seres de bien, mientras el hada mágica peleaba contra las dos brujas, a quienes las venció y les quitó los poderes. Desde ese día el pueblo de Irati se llenó de luz y colores, Milena, en agradecimiento a sus salvadores plasmó un gigantesco mural con la imagen de Margot y los elfos y vivieron felices para siempre.    

Autora: Raulina Naula Espinoza