Saludos desde la costa. Aquí el trabajo nunca termina, espero te guste la postal del edificio Grayson cuando tenía almacenes y un cine enorme en la entrada. Hoy es uno de los edificios abandonados por la crisis y aunque la ciudad es un cementerio de negocios cerrados, sigo en la fábrica esperándote. 

P.D. Ya no hay marchas ni pintas, el grafitti se volvió delito grave. Yo escondí el tuyo tras unas maderas astilladas.

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