Hoy las miradas se detienen instantes, instantes que no vuelven, instantes que pasan desapercibidos. Desapercibidos como el aroma de una flor, como el sonido guitarrista que toca a la gorra en plena 9 de Julio, como la pelea de dos adolescentes enamorados por quien se ama más y como el llanto de aquel niño cansado de tanto caminar.
Hoy las miradas valen poco porque volvimos a lo rutinario de la vida que se detuvo dos largos años.
Pero no te preocupes, los años no fueron largos. Los años fueron años: 365 días, 12 meses … pasan siempre.
Y te vas a detener,
Y vas a mirar,
Y el tiempo no vuelve pero vas a estar,
Y estar es ser y ser es la única máquina del tiempo.
Y << no hay dos fuegos iguales… pero hay otros que arden la vida con tanta pasión que quién se acerca se enciende>>, y vos que podes encontrar tu fuego y volver a brillar, porque todos somos fuegos en este caos llamado mundo-hogar.
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