Mi amor:

Vi este cuadro en el museo de New York y me sentí tan identificada. Siempre escondiéndonos para guardar las apariencias, porque nuestro amor prohibido tiene que vivir en la clandestinidad. ¿Hasta cuándo?

Sólo quiero sentir tu aliento en mi cuello, tus besos de fuego en mi piel, tu ser pleno embriagado de mi elixir.

¿Cuál es el problema si yo estoy en la primavera de la vida y tú en el otoño? ¿Acaso no es suficiente la pasión que nos desborda cada vez que estamos juntos?

Quiero llenarte de juventud y recibir tu experiencia de hombre maduro.

No me importa lo que opinen los otros, no me importa nada…

Ya no soporto esta soledad que me carcome, espero cumplas tu promesa de llegar la semana próxima y partir hacia las Islas Vírgenes, y no regresar.

Necesito tu calor, y tú el mío.

Extraño cada centímetro de tu cuerpo mi Ares guerrero.

Huyamos y seamos amantes, pero sin tener que ocultar nuestros rostros, para besarnos con toda la pasión que nos fluye así, libre, sin recato.

Tuya, Afrodita

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