Querido Xabier. Al fin he encontrado la fotografía más sincera de nuestro viaje por el sendero de los años. Es la de las montañas y los valles. Son las carreteras que recorriste una y otra vez, sorbiendo vino por los surcos de mi cuerpo. Son las heridas de guerra que dieron paso a la vida de dos personas, pequeñas hoy, pero luchadoras. Son mi vergüenza, y tu lectura en Braille por las noches. Son, y serán. Por más que las unte de falsas promesas de lata azul. Más profundas cada día. Más queridas a cada momento, porque si las rechazo, rechazo mi historia, nuestro viaje, y me rechazo a mí.
Y poniéndome más terrenal, ya que me he ahorrado el sello al darte la postal en mano, te invito a un vermouth en el Hermida. Feliz cumpleaños y feliz viaje Besos.
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