Dios en mí existencia

Dios en mí existencia

María Ferreira

19/12/2021

Dios en mi existencia.

Miro inquietante y mis pensamientos parecen penetrar al aparato inerte. Desde hace algún tiempo surgen estás batallas que me dejan agotada.

Discutía con el celular en voz alta y sentí la mirada penetrante, logro balbucear:

 – Hablo con Google.

No es cierto. Mentí descaradamente, pero resulta tan natural la búsqueda por voz de Google que prefiero eso a admitir que me estoy volviendo loca.

Las miradas cesan. Por fin, estoy logrando que me haga caso el sistema. Estoy trabajando con una aplicación y de repente se congela, sí, se congela, son segundos que se vuelven minutos y no logro salir de la pantalla; de repente imploro: Dios ayudame y todo vuelve a la normalidad.

Que grande eres, que bueno eres Dios. Soy tu creación, me pregunto, te pregunto: ¿Mis creaciones, son tus creaciones?

Nosotros, los seres humanos, creamos inventos, estamos aprendiendo a crear vida y también valiosas máquinas que nos asemejan. ¿Somos Dioses?, Perdón, no quiero blasfemar pero conozco personas que se creen Dios.

Una amiga por WhatsApp me comentó sobre su casa controlada a distancia, lavadora, lavaplatos, aires acondicionados, neveras, además de su automóvil y hasta en la oficina. 

Me estremecí, en este momento emergen sugerencias pero estoy ocupada y tengo mis prioridades, más sin embargo, parecen imposiciones de la aplicación que estoy usando.

Recuerdo que mi amiga, en varias ocasiones se sentía Dios. Un día hizo todo desde la cama, hasta el trabajo. Tiene un robot que la ayuda con las tareas de los niños y otros con las labores del hogar.

¿Dios?. Disculpa mi atrevimiento: Nos creaste a tu semejanza, ¿será que todos somos semidioses?

Y entonces por analogía, ¿nuestras creaciones  también lo son?

Por curiosidad abro la utilidad de Google Lens para buscar a Dios y de repente entendí que Dios es una palabra que encierra muchas imágenes, es universal y subjetiva. Gracias Google Lens eres maravilloso, pero las creencias religiosas son un debate universal que traspasará eternamente hasta a las creaciones humanas. Ojo, mucho ojo, me refiero al libre albedrío, no a las imposiciones.

Internet me confunde, es para algunos: Un ser supremo, omnipotente, omnipresente y omnisciente; creador, juez, protector y, en algunas ocasiones, providente y salvador del universo y de la humanidad

Tal cual la definición de Dios en el Diccionario 

Es como si quisiéramos inventar la vida que nos arrulla, para superar a nuestro creador. Sólo espero que nuestras creaciones no tengan las mismas motivaciones.

Me he topado con Dios de diversas formas, una de ellas  cuando a un ser querido, enfermo, lo vieron varios especialistas y no lograban encontrar el problema, los síntomas se parecían a muchas enfermedades. Un día suplique: Por favor, no te pido el mejor médico pero si la persona adecuada para devolverle la salud. Y así fue, un mal de mas de dos años desapareció en un par de semanas. Pero, no es así siempre; aveces implore y odie, con la rabia de la impotencia ante la muerte.

Al final, la reconciliación con el Dios que siento mío es inevitable, sin él, mi vida carece de sentido con él descubro la vida en todo, hasta en lo que aparentemente está muerto.

Otra aplicación interrumpiendo mis pensamientos. Son tan insistentes, que parecen atrapar mi mente, un mundo infinitamente fascinante, confundiendo mis sentidos y la realidad me abofetea con urgencia, nuestros cuerpos requieren atención y entonces surgen las aplicaciones para controlar mi adición, me toman el pulso, la temperatura y me ponen un programa de control virtual asistido.

Calma, para el espíritu también existe el campo filosofal, en donde las diversas religiones y creencias participan desenfrenadamente por conseguir adeptos virtuales. Hasta aquí, nada diferente a la vida real. 

 Imbuida, en tanta información, el discernimiento y las necesidades me guían y navego por un mar turbulento, en donde todos tienen sus razones, todos son respetables y la bibliografía los respalda, pero no todos cubren mis necesidades espirituales. Es la eterna búsqueda del ¿Por qué y para qué existir? 

La manipulación me atrapa, quieren convencerme de que ellos saben lo que necesito y me dicen lo que debo hacer. 

Toda semejanza con los padres responsables guiando a los hijos, no es casualidad; es nuestra parte humana invadiendo  al internet. 

Pero todos sabemos que la verdad es relativa y la justicia también comete errores.

 Más de uno se paseará por todas las opciones hasta encontrar la que mejor se ajuste a sus criterios, sólo espero, se topé con buenos sentimientos que le protejan del lado negativo, como también ocurre en el mundo real.

Adaptarnos a nuevas formas de existir, es evolución pero reflexionar y ser precavidos se traduce en supervivencia.

¿Será Internet, una nueva ventana de Culto a Dios?

¿O ya lo es?

Nosotros, los seres humanos llegamos a Internet con nuestros miedos, creencias e incertidumbres.

Somos diferentes y al mismo tiempo iguales.

El mundo virtual se asemeja al real.

Existen en ambos mundos peligros, dudas, aciertos y gratitud.

Las diferencias, al igual que la verdad, se vuelven relativas.

Cada vez más los seres humanos nos creemos Dios y por lo tanto Internet se confunde con Dios.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS