X-723 jugaba al ajedrez con su hermano Adán junto a la chimenea. Era fascinante lo mucho que se parecían, a pesar de llevarse dos años, y ser de materiales distintos. Fiona, mientras cosía, se deleitaba con aquella imagen. Los movimientos de X -723 eran fluidos y precisos, daba la impresión de que fuera consciente incluso del aire que rozaba su piel en cada acción. Adán celebró su victoria.
-! Qué malo eres, no vas a ganarme nunca!- dijo entre carcajadas.
X-723 parpadeó lentamente herido por las palabras de su hermano, pero esbozó una ligera sonrisa.
-¡Ya verás la próxima vez! ¡Aprendo mucho más rápido que tú, tarde o temprano vas a perder!-
Fiona, al ver que habían terminado la partida, dejó el jersey que estaba cosiendo sobre la mesa, se aproximó a sus hijos y les invitó a que se fueran a la cama. Mientras se acercaban a la habitación Fiona le preguntó a su hijo:
-X-723, ¿qué archivo quieres descargarte hoy?-
– Todas las noches me tienta la idea de descargarme el archivo “AJEDREZ”, pero bueno llevamos apenas una semana jugando, quiero ganar limpiamente. EL documental sobre lobos que hemos visto hoy me ha parecido muy interesante. Quizás el archivo “ LOBOS”…-
Fiona se acercó a la estantería y buscó la letra L.
– Perfecto. Espera que lo busque… Ah, aquí está, archivo “LOBOS”. Espero que mañana no te levantes aullando como un loco- le contestó cariñosamente Fiona.
X-723 y Adán se tumbaron en sus respectivas camas. Mientras Fiona le insertaba el pequeño dispositivo que contenía el archivo en la ranura que tenía en la frente, su hijo cerraba los ojos plácidamente para dormirse, sin esfuerzo alguno, en apenas dos segundos.
Habían dado las doce en la torre DERTION. Era una noche tranquila, como todas las anteriores a esa misma hora. No quedaba casi nadie despierto. DERTION, toda una ciudad comprimida en un solo aunque gigantesco edifico, parecía un organismo vivo que respiraba con autonomía.
En el piso 312 Adán y Fiona miraban maravillados a X-723. Sin lugar a dudas, se sentían privilegiados. Adán empezó a recordar aquél imborrable día en el que había quedado entre los cien mejores en el concurso anual de DERTION. Fueron tales las ganas que tenía de conseguir un hermano que estuvo día y noche entre libros estudiando sobre todos los temas al detalle, pues sabía que el jurado era de lo más quisquilloso. Desafortunada o afortunadamente Adán había nacido en la época de la política de un solo hijo, y solo era posible tener un hermano, humanoide por supuesto, si participabas en aquél concurso.
Sonó el despertador y para el asombro de Adán, X-723 no se encontraba en su cama. Un rayo solar iluminó la cama de su hermano. Adán instintivamente se acercó a la ventana y observó la llanura concienzudamente.
-¡Mamá corre, ven, mira donde está x-723! –
Fiona nunca había escuchado a Adán tan emocionado, así que rápidamente se acercó a su cuarto.
Quién podría habérselo imaginado, una simple maquina llena de cables y circuitos, jugando con unos lobos, como si formara parte de la misma camada. X- 723 emulaba a la perfección todo movimiento, incluso daba la impresión de que era capaz de comprender y comunicarse con ellos. Quedaba claro que la última serie de los humanoides X tenía mucho potencial, y Fiona y Adán tendrían la suerte de presenciar todo su desarrollo.
OPINIONES Y COMENTARIOS