perdón…tengo un whatsapp

perdón…tengo un whatsapp

Pero.. donde hemos llegado,, y lo peor… donde vamos a llegar, si ya apenas queda nada de la esencia del ser humano, como ser humano.

Hemos dejado que la tecnología ocupe no sólo nuestra mente, sino, nuestras manos, las mismas que un día nos hicieron diferentes al resto de las especies, hoy son tan sólo unos huesos que se pierden en no sé que aplicación.. buscando ilusiones efímeras dentro de un móvil.

Nos jactamos de nuestras propias invenciones para comunicarnos y resulta que cada vez nos miramos menos a los ojos, porque nuestras miradas ya no se levantan más allá de la cintura, ignorando todo lo que pasa de verdad a nuestro lado y somos capaces de tropezar con nosotros mismos pero jamás levantar la cabeza porque somos esclavos de nuestro absurdo afán de protagonismo en busca de un público que no existe.

Jamás puse en duda las ventajas de la tecnología, pues entiendo todas sus virtudes y de hecho estas letras se podrán leer gracias a la tecnología, pero una vez más, el ser humano vuelve a disfrazarse de dueño del mundo y a ser avaricioso y egoísta con todo lo que debería hacerle mejor y se deja llevar por la ambición para su propio beneficio y al final, esa tecnología para bien, se transforma en el peor de nuestros enemigos en muchas ocasiones,,. porque hay que ganar dinero… como sea.

Ahora somos víctimas de las drogaplicaciones que nos tienen totalmente absorbidos en un universo irreal, pero como hemos salido bien en esa foto…hay que subirla rápido para que la gente la vea y nos califiquen porque tengo no se cuantos mil seguidores… buff..que pena.

Nunca antes habíamos tenido tantos «amigos» y tan pocos a la vez, porque se ha perdido la verdadera amistad, esa que surgía en los albores de la infancia, en las calles del barrio, en las zapatillas llenas de barro con el que moldeábamos nuestros sueños y que duraba para siempre porque eran amigos de verdad.

Que ironía, ahora se hacen amigos a la carta, ahora se liga desde el ordenador, ahora se paga con el móvil… es decir ya no me hace falta mirarte a los ojos para hablarte, para entenderte, para quererte…

tengo aplicaciones para todo lo que necesito, porque la tecnología me las proporciona aunque haya firmado una cadena perpetua en su honor y si algún día los piratas informáticos se aburren y deciden hacer daño…no sé que va a ser de mí… a quien voy a llamar si todos mis amigos son virtuales.

Resulta que somos seres humanos y a la vez animales tecnológicos en busca de carroña en forma de protagonismo al precio que haga falta porque ya hemos pagado con la dignidad, los principios, los valores y todo lo que nos hacia humanos, pero cuando ya no hay escrúpulos, entonces hay que subir a las redes lo que haga falta, con ropa y sin ella.. de lado o de frente… da igual, la tecnología no conoce límites y desgraciadamente… nosotros tampoco.

Perdón…. tengo un whatsapp

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