Aquel día simplemente llamaba ser escuchado. Cual artista quien escucha, dote aquel capaz de transportarnos más allá de cualquier dimensión conocida. La tripulación de esta aventura no es capaz de prever a simple vista la lógica que envuelve aquella dinámica que por simple y seductora acapara la escena. Comportamientos habituales y anécdotas conocidas aclimatan a los pasajeros para experimentar el calor de hogar, combustión necesaria para arrancar los motores de esta, nuestra nave espacial.

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