Yo suplico por un García Lorca
Para enamorarme, para entregar mi espíritu,
Para conceder mi vida al milagro espléndido de su cuerpo.
En un suspiro busco su mirada prodigiosa
Ese mirar perspicaz y soberbio.
Quiero para mi contento, unas letras armoniosas suyas.
Y que su dulce toqué me rodé, con el brillo de la mañana.
Que al oído me susurre, con su fastuosa voz
“hay almas a las que uno tiene ganas de asomarse
Como una ventana llena de sol”
Y saber mi alma consagrada de su mano.
Ohh! Que ganas de un amor apasionado
Como el de ese Joven poeta, trovador del universo
Amante de la libertad, de los sueños y la esperanza.
Que delirio fantástico podría ser
Sentir el perfume de su sombra, palpar su canto, su luz.
Ser su albor y su alegría, ser el libro de su lenguaje,
La luna de sus noches, la fogosidad de sus manos
Que día a día luchan en los límites del misterio.
¡Ese Lorca todo bondad y amor!
Que ganas de ser testigo
De su “pulso herido que presiente el más allá”,
Porque no es un hombre, ni un poeta, ni una hoja.
Yo imploro por Federico García Lorca a mi lado
Soñando juntos, porque muertos divagando
Estamos más vivos que en ningún sitio del mundo.
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