“Una serendipia es un descubrimiento o un hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta. También puede referirse a la habilidad de un sujeto para reconocer que ha hecho un descubrimiento importante aunque no tenga relación con lo que busca”.
Todos sabemos que la vida es un viaje… Nacer, crecer, transformarse y partir al eterno viaje… Así pasamos mucho tiempo buscando algo maravilloso, llamémoslo Dios, Amor, o secularmente hablando “la Fuente Originaria de todo lo existente” o lo que sea que pueda orientarnos y responder a profundos cuestionamientos que nos hacemos.
Podemos profesar distintas creencias o no, pero sería raro que en algún momento de nuestras vidas no nos hayamos planteado preguntas sobre el origen, la vida, nuestra vida y nuestro destino, seguro hemos sido de esa alta proporción de seres que viven haciéndose preguntas existenciales y tal vez muy, muy seguido…
Como Liz en la película “Comer, rezar, amar” todos necesitamos hacer un viaje, aunque no todos podamos viajar a Italia solo para comer, a la India para aprender a Meditar, o a Bali (Indonesia) para conocer al gurú y sanador Ketut.
Pero igual que ella, bien sea en un viaje físico o simplemente auto observandote puedes llegar a esas grandes conclusiones sobre tu vida que tantas veces te cuestionaste y además, encontrar aquello que nunca imaginaste o tal vez si pero no era lo que inicialmente estabas buscando, como la fortuna, la carrera de tu vida, amigos y hasta el gran amor o alma gemela que tanto añoramos encontrar… La Serendipia de tu vida…
A veces el viaje, lo realizamos al encontrar un libro cuyo autor nos influye, o mediante las vidas de gentes que te inspiran como las de Teresa de Calcuta, Ghandi, Mandela, Pepe Mujica, cualquiera de estos resilentes y tantos otros que se hicieron lideres de comprender la vida, a los otros seres humanos, de luchar incansablemente y encontrar sus serendipias…
¿Cuántas veces hemos escuchado esto?
Y así pasamos inadvertidos ante las posibilidades reales que tenemos de ser felices en esta vida con lo que tenemos y esa inadversión, nos hace sentir frustrados al no poder tener lo que soñamos o creemos correcto para nosotros…
Y tal vez un día, te encuentres estudiando modelos de desarrollo y te consigas con el concepto de “Felicidad Interna Bruta” (La FIB, es un indicador que mide la calidad de vida en términos más holísticos y psicológicos que el producto interno bruto PIB ) y te vayas a Buthan, “El país más Feliz del Mundo”, porque te encuentras profundamente inspirado para vivir este ideal de vida y de gobierno; sientes que finalmente encontraste un lugar perfecto donde puedes vivir, que si es posible ser feliz en sociedad y que existe concretamente en el mapa mundi, ese lugar maravilloso que tanto soñaste.
O tal vez no viajes a Buthan, y sin embargo puedas crear tu Felicidad Interna partiendo de una conexión contigo mismo, después de pasar por muchas tormentas, por muchos intentos y fracasos que dejaron profundamente sus heridas y mucho agotamiento en tí, hasta prácticamente invalidarte…
Entonces un día, desde un estado reflexivo de lo que ha sido toda tu vida, comienzas a despertar, abandonas el papel de victima, dejas de culpar a otros (culpables o no) de tantos errores, de injusticias vividas, de tus sueños rotos… Cesas de justificarte, asumiendo responsabilidad por tus decisiones, alejándote de lo que ya caducó para ti; Aceptando de esta manera muchas más verdades de ti mismo, esas que estuviste evadiendo siempre, como tus miedos, tus mentiras, tu enorme ego y tu mediocridad, y de esta manera encuentras la paz y la libertad del perdón…
Asimismo, de una vez por todas te miras al espejo aceptando tu belleza, tu inteligencia, tu amor y todas tus luces, te enamoras definitivamente de ti, te encuentras cómodo, feliz contigo mismo y elijes de nuevo, te reimpulsas, te levantas fortalecido, consciente de tu verdadero ser, para así reescribir tu historia iluminado por tu propia Serendipia…
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