Leí un anuncio sobre o acerca de, escribir sobre la vejez y daban varias opciones de título, pero escribir sobre este tema en particular es algo muy peculiar. La vejez, es algo delicado? Es un tema simple de tratar? No. Pues para muchos la vejez es una dicha, mientras que para otros es lo contrario. La vejez es un largo camino, es una virtud a los que pocos pueden alcanzar, muy pocos disfrutar y otros quizás, ni siquiera quieran llegar.

¡Y cada cual con su razón! Lo que si es cierto es que una gran mayoría llegaremos a esa etapa, lo permita Dios y sepamos nosotros avanzar hasta ella.

Por ejemplo, este artículo quien será el que diga ok! Quien será el que revise y lea dando el visto bueno, una persona adulta? Un joven? Un anciano? Son tres décadas? En fin son tres distintas edades, en qué visión se enfocarán para dar al ganador. 

Para empezar, debemos nacer (hablando de vida) y es muy largo el andar hasta llegar a la vejez, aunque a que edad podemos hablar de que una persona es vieja o anciana? En mi opinión muy particular, la edad de la vejez, que algunos ansiaran, debe ser cuando ya la persona le cueste valerse por sí mismo para mantener al menos su higiene. Les aseguro que pocos querran que les ayuden a sus labores personales. Como la higiene. Pueden ayudarle a preparar la comida, con los labores de la casa, etc., pero cuando se llega a la etapa donde deben dar de comer, bañar a dicha persona, limpiarle, asearle, es allí donde debería existir un stop, un alto, un cartel que diga hasta aquí. 

Resulta muy penoso llegar a ese estado, y es que lamentablemente pocas personas se dedican a realizar esa labor tan personal, son pocas quienes lo hacen por tener esa anegación, ese don de ayudar, y seguro quienes lo hacen pues tienen un beneficio económico y donde hay dinero pues siempre habrá un interés y es ahí donde las personas sufren y hasta podrían salir lastimadas (en el sentido afectivo emocional) cuando las personas que se dedican a este tipo de labor, sin ser algo nacido del corazón, (quizás he visto mucha TV) esa labor se tuerce, se hacen sin interés de hacerlo bien, entonces, pregunto: ¿es justo llegar al punto extremo de la vejez? 

La vejez debe ser una etapa linda de la vida, es cuando se tiene una cantidad considerable de años en un cuerpo que ha sabido resistir a todo cuanto la vida le ha ido lanzando a través de ese largo camino, es paso a paso que todos iniciamos gateando, para luego de a poco ir dando nuestros primeros pasos, cuantas pruebas superadas, cuántos obstáculos logrados, cuantas metas alcanzadas, sueños vistos hechos una realidad. Formar una familia, por supuesto disfrutando a plenitud la adolescencia, la juventud y la edad adulta. Esas etapas se van llenando de presentes, formando un pasado para muchos espléndidos que serán en su momento historias para contar en ese futuro lejano que lleva por nombre vejez.

Llegar a la vejez se podría llamar «el trofeo de la vida», porque? pues mírate, lo has conseguido, llegaste al escalón mas alto de la vida, y han sido muchos escalones, has visto tantas cosas y has logrado otras tantas, solo detente en la cima y gira y podrás darte cuenta lo mucho que has alcanzado. Con mucho esfuerzo, sacrificios, desvelos, pero todo ha valido la pena, a pesar de lo que se diga o piensen otros.

Algo muy importante, cuando las personas llegan a esa etapa, deberían estar preparadas, física, mental y emocionalmente y en un caso sumamente importante económico. Suena duro la ultima frase, pero es así y muchos deben estar de acuerdo. Claro porque sin dinero una vejez podría ser muy pesada. Puedes ser feliz si se está mentalmente preparado para ello, teniendo buena salud, si el cuidado hasta esa etapa fue acordé, emocionalmente cuando tienes tú corazón satisfecho por lo logrado hasta tu vejez. Cuando falta o falla algunos de esos valores resultaría poco satisfactoria llegar a la vejez. A muchas personas les hace realmente daño, llegar a la vejez y no tener nada. He visto personas ancianas solas, desamparadas, como también he sido testigo de quienes a una edad digamos 80, 85 aún pueden valerse por sí mismos, es admirable. Pero algunos a esa edad están solos, y ahí contribuye mucho la depresión y, es un factor negativo para seguir sumando años, continuar andando a pasos muy lentos y ya frágiles por lo hermoso que es la vida. Se debe hacer antes de llegar a ese nivel, decir como dijo un gran atleta, jugador de baloncesto: …me retiro en plenitud de mis condiciones, para que seguir? Que dirán cuándo lance el balón y ni siquiera llegué mis lanzamientos? Sentir que se burlan de ti, después de haber sido admirado, sería un error, por eso decido retirarme, de esa forma me  recordaran cómo un gran atleta, gracias a Dios he alcanzado todo cuanto me propuse!… Así debería ser cuando se llegue a esa etapa tan linda de la vejez, linda por todo lo recorrido, todos los recuerdos, todas las anécdotas para contar a esos pequeños que te rodearán para oír alguna historia bonita vivida en la juventud impetuosa que llegaron a tener en su momento, la vejez tan linda como dura puede ser, ella debería tener un límite, una edad donde al dormir se pase el switch y cuando despiertes estés en otro mundo, sin haber padecido, sin sufrimiento, sin lastimar o sin dejar tantos lamentos.

Sería digno descansar de tanto andar así de esa manera, tranquilo, relajado y quienes se queden tengan por seguro que se ha ido a descansar. Así murió mi abuelo, – Dios lo tenga en su gloria – acostado. Mi abuelo, era un señor alto, delgado, de esas personas nacidas y criadas en el campo, y eso le ayudo mucho para llegar lejos en la vida, me parece que alcanzo los 90 o mas años, y pues como no lograrlo, las personas nacidas para esa época, eran muy sanas en cuanto a su alimentación, quizás tenían sus vicios, pero tenían como alimentarse, a aparte de tener una vida menos acelerada y preocupada a la de hoy en día. Para esos tiempos la comida era toda cosechada en casa, verduras, maíz, vegetales, carne de pollo, gallina, y todo animal que la naturaleza podia y pudo abastecerle. Por supuesto, también hay personas de esa época que su camino fue mucho mas corto, mi abuela, su esposa, murió siendo mucho mas joven que el, ni siquiera la dicha de conocerla tuve, a él si, (gracias a Dios). Como a él también tuve la fortuna de conocer a mi abuela paterna, – mi abuelo es o fue el papá de mi mamá – ella también estuvo un buen tiempo con nosotros, pero lamentablemente tenía un vicio y fue quien a la larga se la llevo, el cigarrillo, triste realidad, le fue apagando la vida de a poco, mi abuela, aun la recuerdo, era una señora de baja estatura, muy picara y divertida, con muchas amistades, nos tenia mucho cariño y afecto, que Dios te tenga en su gloria. Ella era morena, cabellos largo, ojos negros, le gustaba bailar, poco pero lo hacia, aunque compartí poco con ella, mi abuela la quise mucho, creo que la muerte le alcanzo hospitalizada, en realidad es algo que se escapa de mi memoria, pero si se que fue por el cigarrillo, sus pulmones ya estaban muy acabados. Y bueno como verán son dos tipos de personas, nacidas casi que para la misma época pero debido a su cuidado una llego mas lejos que la otra, así también es la vejez. Volviendo a mi abuelo, llegado el día de su partida, (dicen que muchos la presienten), me parece recordar, que llamo a su hija mayor y le pidió algo de comer, antes iba a contarle algunos secretos que guardaba con él, él fue un señor de mucha fe, creía mucho en las plantas y su poder curativo (y no era estudiado) al igual que con sus manos lograba sanar cualquier torcedura, golpe, etc., y ese don o secreto quiso dejarlo a su hija mayor, pero algo sucedió que con el se fue ese secreto, esas oraciones, esas recetas con plantas, ese poder de sus manos para sanar, hasta la sepultura lo siguieron y no pudieron sus hijos lograr mantener ese maravilloso don entre ellos, luego de haber disfrutado la comida que mi tia le hizo, se recostó y si mal no recuerdo, (todo esto me lo contó mi mamá, a pesar de yo tener edad para recordar a mi abuelo, lo que sucedió antes de morir, me lo relato mi mamá, su hija) se acostó en el piso y luego partió, ese hecho fue un misterio, porque se acostó en el piso, teniendo su cama, de pronto era algo que quería hacer, y como dicen: del polvo venimos y en polvo nos convertiremos, algún llamado recibió, su motivo tuvo para hacerlo y solo él lo supo, y con todo eso fue una manera linda de parar el andar por la vida, llegas a la vejez en plenitud de condiciones y llegada la edad o el momento partir de la forma más espléndida, durmiendo!

Y siendo un poco más cruel o realista, llegado el momento, simple, una urna, un féretro, sencillo sin mucho adornos, al final es un negocio del cual quien se lucra es alguien que ni siquiera conoció al fallecido. Para que tanto adornos. Bien lo dice mi madre: «lo que me vayan a dar que sea en vida para disfrutarlo, después de muerto para que?» para que los demás hablen y comenten, de lo bueno que eran sus hijos, de cuanto la querían, nada de eso, todo eso es falsedad, o me dan en vida o cuando muera no vengan a llorar, es mas, una rumba, música full es lo que pide ella para su funeral, y espero que llegado el día, tenga la fuerza suficiente para cumplir lo que ella dice, mientras le digo cada vez que puedo cuanto la quiero y todo lo mucho que le debo, gracias madre, gracias mamá, Dios te permita la gracias de cuando llegue tu tiempo limite entre nosotros te vayas igual que el abuelo, durmiendo y sin sufrimiento. Te quiero!

Eh, disculpen el relato, pero es parte de lo que aquí les comento relativo a la vejez, y es que ni la ropa que nos llevamos es nuestra mucho menos la escogemos, llegamos sin nada y así nos vamos.

Lo mejor, quemar al fallecido como antes se hacía y sus cenizas a la tierra.

La vejez, llegar es una dicha, mantenerse un reto y para algunos un negoció! 

Entonces, aunque es bella la vida con todas sus etapas, niñez, juventud, adulto y vejez, al final, se torna un negoció. Naces pagas, por hacerlo, Mueres y hay que pagar por que abandonas el mundo terrenal y lo mas irónico vas a un hueco hecho en la tierra. Ja! Que cosas, cierto.

Por eso, hay que estar muy preparados para llegar a la vejez.

Edad buena 80, si aún se puede valer por si mismo y siendo Dios misericordioso debería dar el último regalo durmiendo, sin permitir ninguna clase de sufrimiento, abandono, depresión, síntomas que desgastan el alma y por ende la vida.

La vejez hasta los 80, de ahí en adelante ver la luz y un nuevo camino. 

La vejez premio y virtud para pocos.

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