La imagen de Elisa con lágrimas en los ojos, entre asustada y ansiosa espera el contacto piel a piel.
Está sola, pero acompañada. ¿Contradictorio verdad?
¡¡Es así!!
A través del ventanal rayos de sol iluminan y decoran el lugar con destellos de vida desde el exterior.
Ella solitaria en su nueva vida… Él se ha ido para no volver.
¿Porqué? Pregunta ella y la pregunta se desvanece en el aire revotando en las paredes de la habitación sin el retorno de una respuesta.
Cierra los ojos entreabre sus labios para recibir el beso de Jordan, que la mira con cara de desesperación porque sabe que no podrá tocarla, lo imagina a su lado tan cerca que puede percibir la respiración sobre el rostro.
Una noche, alguien adelantó su partida con una estocada certera en el corazón, se fue poco después de la media noche ante los esfuerzos inútiles de los para médicos por salvarle la vida.
– ¡Porqué! Grita y de nuevo el silencio enredado en su cuerpo contesta.
Arrodillada bajo un manto de estrellas alucina que él vuelve a quedarse con ella
Mira al cielo, luego al suelo sus manos buscan en el aire el cuerpo del que se fue, revolotean se abren y cierran como flor en primavera.
Tanta pena conjugada en un llanto desesperado sin reserva, como si en cada lágrima fuera a encontrar al que fue su esposo, amante…amigo.
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