Relato de Imprevistos y Héroes

Relato de Imprevistos y Héroes

Alexis Lindarte

31/01/2018

Hola, querida amiga, quería saludarte y contarte además una experiencia totalmente nueva que tuve el chasco, pero también el acierto -a la larga- de vivir hoy en la ciudad que me atiende como residencia por estos meses. Imagínate que conocí a dos personas interesantes hoy, uno viene de tu Bogota, y la otra es brasilera, pero vivió muchos años en España y ahora pues el destino nos encontró aquí. Cuando salimos hoy del lugar de coincidencia, me dijeron que querían conocer la ciudad, en primera instancia me negué, porque este adscrito tampoco conoce la ciudad, sin embargo después de unos minutos pensé «Qué es lo peor que puede pasar» no ocurrió una tragedia gracias a Dios, pero sí estuvimos inmersos en lo desconocido, y lo desconocido nos pone absortos ante la inconsciencia de los actos. Decidimos sin premeditación conocer un centro comercial del cual he escuchado, y entonces no sé por qué (quizá por exploración) decidimos subir a un móvil de transporte público, que decía -según yo- el nombre del lugar al que íbamos. Mi papá siempre me ha dicho que la mejor manera de conocer una ciudad es montando en transporte popular. Empezó a andar el Bus y me entretuve con las historias de mis compañeros de camino sobre experiencias de vida sin ostentaciones y culturas desconocidas para mí que ellos sí conocían, todo iba bien hasta que pasó casi una hora y no atisbaba el destino. A los pocos minutos el conductor del bus se sumerge en una montaña y parquea su vehículo y nos dice que ya termino la ruta, con sorpresa le repruebo la situación mencionandole que no nos habia llevado al destino, le nombre tal punto de llegada y me dijo que efectivamente ya habiamos pasado por ahí; pues resulta que el nombre del centro comercial es el mismo que el de un barrio de esta ciudad, por eso nunca pasamos por ahí. Me quedé perplejo, estábamos demasiado lejos de todo, era un escenario temible ese lugar. Acto seguido esperé unos minutos mientras mis acompañantes me miraban asustados, cada uno con celular de alta gama y más de 100 dolares en sus bolsillos. en seguida pregunté al conductor que cómo podíamos volver a la ciudad, me informó que uno de sus compañeros iba a tomar una ruta hacia el lugar al que desde el principio queríamos llegar, me dijo además que no nos cobraría nada, y sí, efectivamente no nos cobró nada y nos llevo justo al frente del centro comercial. al final de la noche terminé siendo el héroe, hecho que desafortunadamente no me libró de aportar mi parte en la cancelación de la cuenta del consumo gastronómico de esta noche.

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