La insensatez de la noche me hizo recordar ese trozo de ADN que dejaron tus besos en mi cuerpo y cuando lo hago; cada una de mis células van reproduciendo el encanto de mi sexo como intentando reivindicar el placer que mi alma necesita para sentirse viva.

Recostada en el sofá, dejo volar mis bragas, dándoles permiso de posarse allí en la alfombra; mientras acaricio mis caderas y esas piernas largas y torneadas que algún día fueron tuyas. Al fondo, allá en un rinconcito, suena sublime una entrañable melodía, custodiando las gotas de placer que se escurren por mis pechos y se cuelan entre mis sentidos; entonces mi conciencia deshoja margaritas recordando tu partida; pero mis manos y el disfrute de mis ansias, otra vez me hacen fuerte.

La luna tarda en despedirse y cuando mi memoria busca algo en otras vidas, el amor envuelto en esperanza me cubre de coraje y me deja escuchar la voz de un presagio que desvanece mi tristeza; el placer y la pasión embiste mis sentidos y compruebo que en mi piel aún habitan esas migajas de memoria del paso de tus labios por mi vientre, que sin reparo, admitió gratamente tantos besos y hoy me dan la certeza de no deambular errante por esos lugares donde tanto nos amamos.

Hoy, yo sola cortejo mi presente, amo los recuerdos pero también la tranquilidad de estar sin ti y disfrutar lo que fue tuyo. Hoy soy aprendiz de tu pasado y guardaré en la alacena de mi alma los secretos que dibujé con mi boca en tu cuerpo y que a fuerza, los hago efímeros subrayando mis sueños para que no se pierdan en los tuyos. El alba me inspira, me da fuerza, me empodera, devora la melancolía y me hace nueva. La energía de la luna me devuelve la conciencia y mutila las trampas que intentaron robar el impulso de volver a sentirme deseada, hoy el equilibrio potencia mi razón y derrumba la fragilidad que me impedía disfrutarme. Por ser tuya muchas veces olvidé hacerme mía y me perdí de tantos goces que tuvieron otros dueños.

Seguramente tu imagen se seguirá repitiendo una y otra vez, intentando adormecer mi mente, pero mientras mi erotismo siga vivo, los besos en mi cuerpo nunca morirán con tu partida, lo que fue tuyo ahora es mío, la energía se acomoda, poderosa, fuerte, intensa; volverá el amanecer y muchos más, evocando que estoy sola pero, cuando intenten perturbarme con recuerdos envueltos en telarañas; ahí estaré yo, hecha otra, bañada con los bríos de una mujer renovada y haciendo eterno el instante en que por fin, pude hacerme mía y  pude volver a tocar las puertas del cielo.

¡Dedicado a mi !

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