-Mamá no quiero ir al lavadero a coger agua. Hay una sombra que me sigue. Me dice bajito que le dé un beso. Cuando voy tengo mucho miedo. 

 -¡Clara!¡No me cuentes más historias!¡Ve!

    La niña de ocho años, con una botella vacía en la mano, se dirige  hacia el camino del lavadero.Va cabizbaja, mientras canturrea una canción del colegio para disminuir su miedo. 

    Jamás volvió a su casa.

    Ha pasado un año. La Sombra se encamina como  todos los días, a la misma hora a la fuente; a llenar su garrafa de agua. Hace días que al  llegar allí, siente a la niña cantar bajo  el agua. Parada, escucha la canción:

    “ Fuente de mis amores.

    no me traigas flores

    Trae vestidos de mil colores

    para que me vista con ellos 

    y enamore a mi capitán “

    Sigue luego, caminando despacio. Recuerda cuántas veces la espió por ese camino. Cuántas veces la escuchó llegar cantando esa canción. Escondida detrás de un árbol al pasar, le pedía siempre un beso. La niña asustada al oír su voz, corría y corría sin mirar atrás. Llenaba con prisa la botella y de nuevo corriendo volvía a su casa. La Sombra la acechaba. Soñaba con tener un día un beso de ella. 

    Revive el día en que la vio por última vez. No pudo aguantar más. Salió de detrás del árbol. Buscaba ese beso con desesperación. ¡Llevaba tanto tiempo deseándolo! La niña al sentir sus pasos detrás de ella, esa voz oscura que sonaba cada vez más cerca, corrió más que nunca. Tanto que al llegar, se tropezó con el escalón del lavadero. Su pequeña cabecita se golpeó contra la piedra.

    Desmadejada, llena de sangre, sin moverse, sin respiración, sin un grito antes; sus labios se quedaron sellados para siempre. 

    La Sombra corrió y corrió. Temblando llegó a su casa.¡Maldito escalón! Él era el culpable de que hubiese perdido a su niña. 

    La madre al ver que la niña no llegaba, fue a buscarla. Se encontró a Clara flotando en el lavadero.

    Esa tarde la noticia inundó todo el pueblo. La policía no encontró huellas ni restos de nadie más. Un  golpe probablemente en la cabeza había sido el causante de su muerte. Encontraron restos de sangre en la piedra del muro y en el escalón. 

    El forense más tarde confirmó la causa de su muerte. Nunca se supo quien había depositado a la niña en el agua, como si con ese gesto hubiese querido que la fuente reanimase a la pequeña. Desear que el agua le diese la vida de nuevo sin éxito. 

    La Sombra coge su garrafa y mientras la va llenando escucha la canción cada vez más fuerte.¡Su niña canta! Deja la garrafa en el suelo, mete la cabeza en el agua para pedirle ese beso que tanto desea.¡ Quiere tenerla! Es tal el ansia que también su cuerpo cae en el lavadero. Se ahogan el deseo y ella besando el agua. 

    Detrás de un árbol alguien escondido continúa cantando un rato más, hasta que se asegura de que La Sombra no regresará jamás. Entonces se da la vuelta y se va.

     

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