hay un beso que se aferra a mi

hay un beso que se aferra a mi

Estudiaba cuarto grado cuando una niña de primer año me beso, hoy puedo contar que ese día su deseo la llevo a buscarme, entrar en el salón al comienzo de mi descanso, pedirme un beso y luego tocar mi lengua con su lengua, no sabia si debía mover mi legua, tampoco si mi postura era adecuada, además ella era mas alta, en resumen, pienso únicamente que mi primer beso fue el objeto de su deseo.

Que alguien guste besar otra persona es fantástico.

Me gustaba una niña del salón ese mismo año y me imagine la vida entera a su lado, como había otro niño que gustaba de ella, por alguna razón debí pelear, siendo justa aquella pelea luego nos hicimos amigos, no supe mas de ella por aquel tiempo, después de haber trascurrido siete años ya me encontraba en el año final de mi bachillerato, afortunadamente llego el momento de poder verla y contarle aquel sentimiento, recuerdo besarla bajo la luz de un poste que se encontraba a metros de su casa, al despedirme de una pequeña visita que realice, debo admitir que ella dio todos los pasos para que aquel beso naciera.

Ese beso se aferra a mi.

De ella me olvide, no recuerdo bien, hablo de la relación, tal vez por inmadurez.

Entre esos dos besos de los cuales menciono anteriormente existieron muchos besos, de diferentes ellas, luego de esos , pues muchos mas, besos durante noches alegres con diferentes mujeres que no podría contar jamás, por que no recuerdo . Actualmente me encuentro casado y cada día deseo besar a mi esposa, al despertar, en nuestra intimidad nos inundamos de besos, al descansar, al despedirnos, al encontrarnos, pues no se cansa el alma de amar.

Ahora todos esos infinitos besos no se donde están, pero aquel beso que me di una noche bajo la luz se aferra a mi.

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