Frío, mucho frío. El hielo congela mis huesos. La nieve hunde mis pies; y, sin saber muy bien hacia qué dirección dirigirme.
Es 24 de Diciembre y son las 20:30, a estas horas la mayoría de las personas están con la familia cenando, cantando villancicos, … Y yo, huérfana y hambrienta ando sin rumbo alguno. Vagando por la calle voy… Mientras me acuerdo cuando mi familia me abandonó, hace justamente dos años, y aún así sólo alberga un sentimiento en mi corazón: AMOR.
Allí a lo lejos hay una casa deshabitada, allí me refugiaré- me dije a mí misma.
La sorpresa que me llevé fue que ponía en un letrero de la puerta:-Venid todos los que estéis cargados y sin hogar.
Me dispuse a tocar la puerta cuando me abrió una señora anciana y me adentró rápidamente.
Le expliqué mi situación y me colmó de cariño, generosidad y de buena comida.
Me invitó a que me quedara con ella, pues aquella anciana en su momento fue una pequeña niña huérfana como yo, indefensa y solitaria.
Yo muy agradecida por la historia tan trepidante que me contó, al pensar en mi familia le contesté con lágrimas en los ojos: -Gracias señora, pero mi destino es buscar a aquellas personas que un día me abandonaron y decirles una sola palabra que estando en la calle aprendí :- ¡OS AMO!
Sí, el mejor regalo de esta noche 24 de Diciembre para mí sería ese, amar y sentirse amado/a.
•Fin•
OPINIONES Y COMENTARIOS