1
Contemplo las paredes blancas de mi cuarto
pensando en Virginia Woolf
en La marca en la pared
luego me quedo en mi fotografía
medito en la mancha y en mi retrato
en las posibilidades de transfiguración
en las opciones que me dan
el encierro y mis lecturas pendientes
estoy en la pared, en el piso, quizá en el aire
¿qué me trajo hasta aquí?
¿puedo recrear todo el trayecto hasta hoy?
continúo pensando en Woolf
es difícil definir mi siguiente paso.
2
Me asomo por la ventana de la calle
el movimiento contrasta con las estadísticas
y mi agitación reincidente
solo una mujer, desde la distancia, reafirma
lo inevitable, las noticias, los boletines…
recuerdo los cadáveres y me interno, me encierro
Quizá soy paranoico, un alienado
alguien que se evapora ante las pruebas
y los pronósticos, pero soy
de respiración débil
me ahogan los olores y la lluvia
mi locura está justificada.
3
Descubrí que de la puerta
de mi cuarto a la calle hay
dieciocho pasos naturales exactos
que tengo treinta años y cinco meses
bajo el mismo techo
que si sumo las dos cantidades y agregó el número
de mi calzado, obtengo noventa
Quiero vivir noventa años con cinco meses
¿si desando la distancia de mi cuarto a la calle
congelo mis años bajo el techo
y amplío la talla de mis zapatos
viviré más tiempo?
4
Mi cama está dilatada
así lo sentí al levantarme
una parte de mi cuerpo insistía en permanecer
la otra en activarse temprano
me levanté a medias
quizá deba volver a ella
y completarme otra vez
reencontrarme conmigo mismo.
5
Quiero escribir un poema profundo
sobre mi aislamiento y mi soledad
uno que me dibuje tal como soy
y lo que hicieron de mí estos días
pero solo escribo estupideces
nimiedades sin sentido
Mañana, al amanecer, miraré el sol de frente
dicen que en su luz puedo encontrar
mi propia oscuridad
o quizá solo mire una bombilla
al final, seguiré siendo el mismo iluso
que sueña con disfrutar bajo la lluvia
y escribir buena poesía.
6
Soy reincidente
lo he escrito en todas las paredes
de mi casa y mi propio cuerpo
mi madre dice que es consecuencia
de golpearme la cabeza cuando chico
pero hay cierto goce en el sufrimiento…
no, no soy masoquista
o quizá sí
es un asunto de relatividad
de saber qué parte de mi cuerpo
se mantiene viva y cuál no
quisiera quitar el «re»
y convertirme en solo eso
no pido más.
7
Cada vez que cortan la electricidad
y quedo solo conmigo
me pregunto por mi nombre y mis gustos
por mis demonios y frustraciones
pero no obtengo respuestas
ayer, sin embargo, hubo una interacción
después de insistir en que soy confiable (mi sonrisa así lo demuestra)
y que creo en la fidelidad
mi mismo me vio con agrado y sonrió
me señaló una foto en la pared,
balbuceó algo indescifrable
yo lo vi a los ojos y lloré.
8
Una mariposa revolotea en la bombilla
la contemplo convencido de su estupidez
y le apago la luz
me río de su desorientación
de repente callo y pienso en Dédalo
Últimamente recorro la casa
sin un propósito aparente
me pierdo en sus corredores
cierro las puertas y me desoriento
Enciendo la luz y retorna la mariposa
abro las puertas, deambulo
la mariposa y yo tenemos algo en común.
9
Trato de romper el ciclo y volver
a la rutina de los primeros días:
despertar, ejercicios, desayunar, leer, almorzar
leer, escribir, películas, cenar, películas
pero no encuentro el punto de retorno
leer tiende a extraviarse en los cojines del sofá
los ejercicios se diluyeron en mi panza incipiente
prometedora
Ahora duermo, como y veo películas
escribo de vez en cuando
entonces recuerdo la hoguera de Fernando Báez
y lo culpo de mi desidia
¿será cierto que mientras más leo, más olvido?
hago memoria y le concedo la razón
aunque más tarde desisto
he leído cuatro libros este año
y he mantenido el ritmo de mi pluma
no debo hablar de desidia entonces
tal vez sí puedo hablar de ansiedad
de elasticidad temporal
de la multiplicidad de espacios en mi casa
de las veces que me pierdo redefiniendo la palabra
hogar.
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