Y mientras de más alto caigas, más alto será el rebote,
más larga tu duración en la memoria de la piedra

Huidobro

En la calle imprecisa de la memoria pasa un ciego anunciando el fin del mundo, pasa un hombre con un revolver solapado entre los pantalones, un anciano espera en su mecedora que las niñas del colegio pasen, una tras otra, a recoger las monedas que ha desperdigado en su portal. Tres mujeres discuten y un hombre fuma y piensa. En esta calle todo se repite: el grito alucinado, el arma invisible, la mirada lasciva, la riña, el humo, el pensamiento. En la misma calle, alguien enloqueció, subió al techo de su casa y dejó en el recuerdo de los mismos el sonido intempestivo de su cuerpo sobre el asfalto. Esta calle ya no será igual, tendrá su ciego, su ladrón, su pederasta, las vecinas riñendo, pero no habrá quien fume y piense mientras sucede lo mismo.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS