Perfil público

La doble moral está presente en todo empleado, hipocresía sujeta a la búsqueda del dinero. Pepe Franco es un escritor farsante, esconde su verdadera identidad para no ser juzgado por la maldita sociedad. El nombre Pepe representa su anonimato, su apellido manifiesta sinceridad.
De una manera mediocre Pepe Franco intenta agasajar escritores que han marcado su vida, y que lo llevaron envidiar sus mentes y sus letras. Andrés Caicedo, escritor nacido en Cali, Colombia, suicida pronunciado, desadaptado de una sociedad superficial y dogmática, uno de los artistas que inspiraron en Pepe Franco el deseo de expresarse. La inteligente elección de las palabras de Caicedo, su fantástica novela “¡Que viva la música!”, sus cuentos y sus obras de teatro son claramente una manifestación perfecta de la literatura urbana, de la ciudad de Cali, y de aquella época de los años 60s en los que la rebeldía, las drogas y la música conquistaban las mentes de los jóvenes colombianos. El viejo Charles Bukowski, considerado uno de los últimos escritores malditos, influye la mente de Pepe con sus letras, la picardía de sus palabras y la expresión de repudio hacia esa humanidad hipócrita que adora la sangre y la lujuria, pero alega no conocerla. Por último el escritor Hermann Hesse, indiscutible profeta del movimiento “underground”, creador de la ética amoral y precursor de la necesidad del hombre de alejarse de la sociedad para encontrar otras realidades y otros mundos. Mezcla perfecta para la alabanza del irracionalismo en su máximo esplendor, para la búsqueda de la otra realidad
La arrogancia y egocentrismo recesivos en su ser, se volvieron dominantes debido a su carrera de publicidad. Estimuló de tal manera estos defectos, hasta lograr que un publicista sin conocimiento alguno en literatura, que no ha leído mucho y que comete miles de errores ortográficos y de redacción, decidiera escribir y publicar. Arrogancia que ha permitido que él piense que cualquier persona puede hacer cualquier cosa si en verdad lo desea y se empeña en lograrlo.
Pepe Franco es colombiano, nacido en Cali, criado en Bogotá y frustrado por no haber podido nunca vivir en Cartagena: su ciudad platónica. No es suicida, ni asesino, pero se identifica con la desadaptación social, considera que no pertenece a la clase social a la que corresponde. Jamás ha logrado entenderse con personas de nivel socioeconómico similar, tiende a juntarse con indigentes. Se entiende con los desadaptados, los oscuros, quienes son considerados la mierda de la sociedad. Piensa que ellos comparten más realidad en un segundo de comunicación, que la que se encuentra conociendo un rico toda la vida. –“Monito ¿Usted por qué se sienta a fumar con nosotros los gamines?” Le pregunto una vez un indigente, -“Parcero, tengo la plata pero no la mentalidad”. Le respondió Pepe mientras reía, y los indigentes pedían que se las regalara.
Manifiesta ser amante de las prostitutas porque aunque fingen no son falsas, adora su picardía y su forma sexual de expresarse, le fascina la perversión de sus mentes y la morbosidad de sus cuerpos. Pepe es de aquellos hombres que no les importa viajar con putas o llevarlas a una cena familiar. Drogas ha probado la mayoría, las que no, busca probarlas próximamente.
Las historias que escribe pertenecen a la ficción, no sucedieron pero pueden haber sucedido, son la imaginación de Pepe Franco, y la imaginación es un estado de desorden de la realidad. Su gran deseo es que logren comprender sus desreguladas palabras, inspirar en ustedes las ganas de escribir, porque pensaran que si el publica estas mediocridades, cualquiera puede hacerlo.