Mayo es lo mismo que catástrofe

¿Londres? Siempre me ha gustado Londres, su clima, su gente, su idioma, su cultura en general. Es bastante común que llueva pero eso me encanta porque le da una vibra misteriosa, a soledad, algo que necesitaba.

Me llamo Daryssa Eine Schmidt Schultz cada nombre más raro que el anterior. Lo sé. Pero mis padres pusieron en mi todas sus espectativas de «buena persona» y eso también lo colocaron en el nombre. O eso me dicen. Que Daryssa significa «poseedora del bien» y Eine «paz». ¿Yo?. Yo tuve que pagar una maldita condena en cada escuela a la que asistía por ese maldito nombre que no me describe para nada y solo me deja como la rara del instituto, un nombre que no pedí. Quizás pusieron tanto en mí y por eso les salí tan mal.

Lo que me gusta de mis padres es que pese a no ser lo que ellos esperaban me han apoyado en cada paso del camino, o al menos lo habían hecho, hasta esa noche. La noche en que cambió todo…

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—Es todo Daryssa, no podemos seguir manteniendo cada una de tus locuras, pese a que eres todo lo contrario a lo que siempre soñamos te hemos querido y no sabes contribuirnos.
—Perdón por no ser como Freya, la hija perfecta, perdón por no intentar llenar tus estándares madre, estoy muy ocupada en intentar llenar los míos.
—No queremos que llenes un estándar queremos que nos retribuyas todo lo que hemos hecho por tí.
—Pero es que yo no les pedí que hicieran nada por mí.
—Lo hacemos porque eres nuestra hija.
—Exacto, lo hacen porque soy vuestra hija, porque tienen la obligación como ser humano por haberme traído a este mundo de mierda, no porque les nazca, no porque quieran y eso es lo que van a tener que soportar, el que no quiera «retribuirles» nada porque perdón, pero yo si no hago cosas que no quiero hacer, ya no más.

Salí de la casa de mis padres y me recibió la lluvia…

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Estamos acostumbrados a dar pero de forma inconsciente siempre esperamos que nos den igual y por eso nos toca chocar con la realidad cuando entendemos que no tienen obligación a darnos nada porque cuando dimos fue por nuestros propios medios, porque así lo elegimos y no porque haya sido una obligación.

Lo peor es que a veces nos damos cuenta tarde, cuando ya no podemos hacer nada para cambiarlo, cuando la persona que más decíamos querer no está ahí para apoyarnos, cuando la hemos perdido…

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Mi madre siempre fue la típica moralista, todo lo quería bien, todo tenía que ser perfecto, en todo teníamos que quedar como buenas personas.

La puerta de la casa de mis padres se abre y no, no me lo esperé.

—Daryssa, hija, por favor, perdóname, tu mamá y yo.
—Ya déjalo, ya, es igual.
—No, no es igual, tu mamá igual lo siente y te quiere y lo sabes, pero su crianza no es igual que la nuestra Daryssa entiéndelo.—abrazo a mi papá porque siempre fue ese soporte para mí, para mi hermana y para mi mamá, siempre fue el pilar principal de mi hogar. Siento que se me debilita y no entiendo que pasa. —Te quiero Daryssa, vas a tener todo lo bueno que te mereces hija, no lo olvides— se me encharcan los ojos, veo sangre salir del estómago de papá y lo entiendo, entiendo que ha llegado el momento, tengo que empezar a pagar mi condena.
—¡Papá! No… papá, está bien, todo está bien, ya va a pasar, tranquilo.—Veo cómo la vida se va de sus ojos y me niego, me niego a dejarlo ir, a soltarlo, porque esto no estaba en los acuerdos, el trato era que mi familia se quedaba por fuera de todo.

Ese día mi padre murió en mis brazos y con eso mi familia, mi madre rompió todo tipo de lazos conmigo y aún hoy me echa la culpa de todo lo que pasó, ese 15 de mayo…

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Tenemos tendencia a creer que somos eternos, no porque vivamos eternamente, en el fondo sabemos que tan limitado es nuestro tiempo. Creemos eso porque es la forma que vemos para no hacer nuestra existencia tan lamentable, porque queremos hacer las cosas bien para que seamos un buen recuerdo, pero a veces lo único de lo que quedan ganas es de no despertar. Lo creemos porque así podemos pensar que tenemos tiempo cuando en realidad no lo tenemos.

Mi padre se fue esa noche pero con él la parte más pura de mi alma, con él se fueron mis mejores deseos y mis más altos sueños.

Lo malo de darse cuenta de que tus sueños son poco realizables es sentirte en un pozo sin fondo del que crees que se es imposible salir, buscas desesperada una luz al final del túnel, un descanso. Las horas de sueño solo hacen que pierdas el tiempo que «deberías aprovechar» y que quedes más cansada que antes, porque llega un momento en el que doce horas ya no son suficientes…

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Un corte, algo tan sencillo como un corte para acabar con todo, con este agobio, este peso en la garganta que no me deja respirar. Esta añoranza que me tiene al borde del abismo.

Levanto el cuchillo, rápido, va a ser rápido. Mi reflejo en el espejo me señala, siento que me recrimina por tomar la salida fácil, pero simplemente no puedo más, necesito descansar, alcanzarlo.

Insido el cuchillo en mi cuello dispuesta a degollarme a mi misma, me siento capaz de eso porque siento que son más mis ganas de morir que mis ganas de existir.

La puerta se abre dándole paso a la figura de ella…

—Daryssa, ¿que estás?
—No puedo más Freya, no aguanto más —Lágrimas escurren por mi rostro.—No aguanto esta vida, sabes que van a venir, van a venir por mí y si no voy con ellos van a ir a por tí, o a por mamá.
—Si te vas, si nos dejas como papá quien nos va a cuidar.
—A veces hay que aprender a cuidarse sola hermanita…

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Si, hay que aprender a cuidarse sola, «la salida fácil» muchas veces no lo es, muchas veces es más fácil vengarse, y normalmente cuando se llega a ese límite, a un intento de suicidio es porque no se ve final y quieres un final, así sea uno no muy bonito…

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—Me las vas a pagar preciosa, me las vas a pagar, vete despidiendo de tu familia porque no las vuelves a ver o me dejo de llamar…

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Lo injusto de las condenas es que muchas veces no es nuestra, muchas veces solo somos el daño colateral o simplemente estábamos en el lugar equivocado en el momento equivocado…

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—Daryssa ¿te nos unes?
—Esto no me va realmente.
—Tranquila, es solo una carrera…

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La aceptación… muchas veces es el factor primario para que un adolescente haga locuras, posteriormente le sigue la adrenalina…

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—¿Te animás a otra?
—No sé…
—Vamos ¿A poco no se sintió bien? ¿No te gustó la adrenalina Daryssa?
—Si…

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Las amistades…

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—No, pero ya yo no puedo volver a correr, espera, seguro Liam te lleva.
—No sé, yo no conozco a ese tal Liam.
—Vamos Daryssa, Liam es mi amigo y tú también o ¿apoco no confías en mí?
—Tienes razón, vamos…

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O las que se creían amistades…

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—Buena suerte Daryssa—Se ríen fuertemente pero no es risa, es burla.
—Aguántate fuerte muñeca.—Liam acelera y no se a dónde me lleva, este no es el camino de la carrera, es… un bosque…

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El momento en el que tu vida se va a ir a la mierda lo presientes, hay algo que te dice «no vayas por ese camino», » te vas a arrepentir». Lástima que esa voz siempre se ignora o se responde con un «no eres adivina» lo peor de todo es que Esa voz si tiene algo de adivina…

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Has amigos Daryssa decían, será divertido decían, te van a apoyar en todo decían. Claro, súbete a una moto con un desconocido que te va a dejar deambulando en el medio del bosque Daryssa ¿por qué no?

Crujen las ramas a mi costado, una luz, no, una linterna me alumbra la cara.

—Vamos, corre muñeca, si no no es divertido jugar.
—¿Qué clase de trauma tienes tú?
—Corre o te mato preciosa—Dejó ver una navaja y me mandé a correr, la respiración se me atoraba en el pecho y las piernas las tenía súper cansadas, sentía que no podía más pero su sonrisa escalofriante atrás me daba energía para correr con más ganas.—Te tengo, muñeca.
—¡No! ¡No! —Me removí pero fue en vano, me tenía…

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Se evita, se puede evitar, antes de llegar al punto donde no hay retroceso…

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—Bésame, muñeca, cómo dijo Lisa Ono, Bésame mucho, cómo si fuera está noche la última vez—con el tiempo se aprende a fingir, a elegir lo que es mejor para nosotros, o lo que creemos que es mejor…

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Tan sencillo como decir «no quiero» «no lo voy a hacer» tan sencillo así se puede ir todo a la mierda…

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—Bésalo Daryssa ¿o tienes ganas de correr por el bosque de nuevo preciosa?

Lo beso y cojo la navaja de mi lado y se la encajo en las costillas dejando que la sangre salga.

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Límites, barreras, reglas, incómodas, pero necesarias y obligatorias de cumplir, porque están para algo y por algo…

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—Niña estúpida, has matado a Francis y lo vas a pagar caro pequeña ridícula…

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No acercarse al bosque, ni a las carreras, ni a los Weber, tan sencillo como eso, y tan tentador como prohibido…

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Niños, todos los de mi pueblo son unos inmaduros, ninguno me gusta, pero mi mami dice que me tengo que decidir por alguno porque algún día será mi futuro esposo.

Mami también me dijo «no te acerques a los Weber, andan en pasos malos» pero no se ven mala persona. De hecho, son los únicos niños que no se han burlado de mi nombre, ni han dicho que soy rara, hoy vienen con otro niño, uno que no conozco, uno muy lindo, pero también muy grande, me sobrepasa mucho, parezco un pitufo a su lado.

—Hola Daryssa —dice mi nueva amiga Licie— Te presento a mi hermano mayor, él es Adam.
—Un gusto Daryssa, bonito nombre, por cierto.

Ojos cafés y pelo azabache, nunca me habían parecido una buena mezcla…

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Así empezó todo, pero en algún momento todo tiene que acabar, cómo la ley de la gravedad, «todo lo que sube tiene que bajar» y si somos una historia sin final espero que mis próximos capítulos estén cargados de felicidad, y que esa promesa que hizo Liam…

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—Voy a hacer que odies cada mes de Mayo pequeña muñeca, recuerda mis palabras.

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No sé haga realidad…