Enredada en el otoño

Entro en un laberinto sin salida que no conduce a ninguna parte,

la fría brisca de otoño me lleva a recordar.


Pues todos los caminos me llevan a ese espejo del que no tengo escapatoria,

me miro,

nos miramos.


Ahí estamos,

ella y yo,

discutimos un sinfín de razones,

la depresión y angustia consumen todo lo que hay en mi corazón,

solo queda pelear hasta el cansancio,

para ganar la batalla con mi propia mente.


Ella es ruda y yo valiente,

no quiero caerme en ese precipicio sin final,

no aún.


Siento que la vida me da la espalda y nada queda a mi favor,

intento darlo todo para salir victoriosa,

intento valorarme,

intento calmar mis emociones que se inundan de pesadillas,

intento dejarme en blanco.


Me tumbo al suelo en un repensar infinito,

hoy ella ganó,

me dejó caer debajo de las hojas y ahí me encuentro,

enredada en el otoño y vencida por mí misma.


Momentos en donde la energía muere para resurgir,

para volver con fuerza y no echarse atrás.


El relajo existencial da frutos en la mente.


Este otoño no será en vano.

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