Me cuestas y a cuestas te llevo.

Como el peso más pesado, la abertura de un sueño que se cansa de fingir que puede con todo y termina queriendo.

No sé dónde me he quedado, ni dónde están los zapatos con los que caminé, pierdo el sentido del tiempo, y me atormentan los sonidos del ventilador en un cuarto vacío.

Digo muchas cosas, ¿me crees? No valgo para amarte, las canciones ya me sobrepasan y los sueños no te quieren soñar, me faltan las ganas de quererte pero te quiero igual.

No sé de dónde saliste pero te quedaste en mi.

En las noches es difícil no querer dormir hasta tarde, siempre hay señales de que las verdades no se pierden.

Hay besos que nunca le di a nadie, y canciones que nunca canté, amores infalibles con corazones de piedra que ruegan por perdón.

No hay más de eso, para nadie. Lo olvidé, y lo superé como esos traumas de niño, ¿absoluto rencor?, no, para nada. Solo me dueles.

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