-1-
Volviendo a escribir este título, después de presionar el botón de publicar nadie conocerá (o recordará) la historia que estuvo anteriormente, quiero cambiarla, quiero volverla a escribir.
Todo comienza con una canción.
Tell me I Will Be strong y una mirada perdida en el techo, perdida y encontrándose al mismo tiempo, encuentro con lo efímero, los momentos pasan y jamás vuelven a suceder, dulce tormento, leí hace poco, la felicidad del ser humano se basa en la repetición ¿Será esto cierto? ¿Repetición de qué? Mas bien pienso que se basa en recibir los estímulos adecuados.
Vuelvo al techo blanco.
Ahí estaba ella, tan perdida, tan aferrada a un estímulo, abrazándose a algo que se esfumaba en cuanto lo tocaba, el aire tiene mas consistencia que lo que ella veía en ese momento, pero aún así sonreía, era efímera-mente feliz, felicidad entintada de tristeza, lagrimas rodaban por sus mejillas, sabía que pasaría, abrazaba una sensación, un anhelo que no existía.
Acababan de compartir una noche juntos en el cuarto de grises paredes que tenía un letrero robado en la puerta, en él se leía -Solo personal autorizado- advertencia interesante pero inservible. Hasta ese momento, esos encuentros eran lo «mejor-cito» que conocía, que equivocada estaba, su inexperiencia la conducía a conformarse con lo que fuera, sin saber que algo mejor, complicidad mística, una conexión en cuerpo y alma estaba esperando, ansiando su valiosa llegada.
Ahí estaba yo, en la historia de otra noche.
OPINIONES Y COMENTARIOS