De la sangre al papel

De la sangre al papel

Amy Schultz

17/11/2019

Tiene una sonrisa sumamente encantadora, con sus cristales esmeraldas hipnotiza a cualquiera. Sus negros cabellos le cubren hasta donde se encuentra una cintura muy bien definida. Su altura la hace ver muy elegante al igual que su tonificado cuerpo, que sin ningún problema podría competir con su intelecto. Claro, como si la belleza le ganara a la inteligencia.

Cuando ella llega, se siente un ambiente diferente, más relajado pero con la sensación que todo puede cambiar para mal en un abrir y cerrar de ojos.

Tiene un rostro fino que con el claro tono de su piel, es similar a la porcelana.

Hoy lunes, publicará otro libro. Ya es el segundo libro que publica este año. Este es más sangriento que los anteriores. El libro se llama “Sangre con sabor a miel”.

Dicen que nuestros fluidos pueden variar de sabor dependiendo de lo que ingieres. Un claro ejemplo de esto es el semen, que al ingerir piña, su sabor mejora. También he escuchado que la sangre de los niños es más dulce y ligera.

Llevo un par de años buscando experimentar distintos sabores de sangre. He intentado de todo, desde lo mas simple como; comer azúcar, hasta lo mas extraño; inyectarme miel. Pero nada ha ocurrido aún, excepto que he ido a urgencias, nada grave.

Ya no soporto mas, debo probar sangre con diferentes sabores. Como si fuera helado para probar todas las combinaciones posibles.

He decidido ir a una de las primarias mas lujosas que España puede ofrecer, con mucha suerte encontraré una niña de tez clara y rizos de color caramelo.

Si trabajara en un banco de sangre todo este asunto no sería nada difícil y no correría el riesgo de que me acusaran de secuestradora. Pero todo sea por el dulce placer.

A lo largo veo a una pequeña, cada vez que salta sus rizos se mueven con el viento.

Llego hasta donde ella se encuentra, me acuclillo para que de esta forma se sienta con mas confianza.

—Hola hermosa, ¿cómo te llamas? —le sonrío, ella me imita.

—Emily. ­—Esa es la voz mas dulce que he escuchado.

Su aroma es como el de una margarita, dulce y escandaloso.

—Emily, cariño, ¿quieres un helado? —sus hermosos ojos miel chocaron con los míos.

—Pero… mi mami se puede enfadar.

—No, para nada. Ella ya sabe que te irás conmigo.

Emily no dijo nada, tomó la mano de quien ahora es su secuestradora, y ambas entraron al auto.

El porte de esta curiosa de la sangre, era de buen vestir, se veía como toda una mujer de negocios, seguramente por su buen aspecto nadie que la haya visto, se le pasaría por la cabeza que se estaba robando a la tierna y dulce Emily.

Luego de unos minutos.

—Pero, esta no es la heladería.

—El helado está en mi nevera.

La curiosa, sacó un enorme tazón de helado y la puso en frente de la niña. Que a juzgar por su aspecto regordete estaría encantada de tal obsequio.

—Dame una cuchara, por favor.

El conejillo de prueba consiguió que le dieran un gran cucharon, para que de esta forma, comiera lo mas pronto y en gran cantidad.

Emily solo pudo llegar a la mitad de aquel tazón. Pero se le obligó a comerlo. La pequeña ya no podía mas, entonces fue sumergida en una bañera llena de miel. Emily pasó toda la noche marinándose.

A la mañana siguiente ésta se encontraba pálida.

La mujer estaba ansiosa por probar lo que tanto había anhelado.

Sumergió su dedo índice en la taza, donde tenía la sangre. Permitió que fueran sus labios en tocar aquel néctar, para luego lamerlo.

Su sabor era salado sin ser amargo. Pero esto no es lo que ella quería. Así que sin tantas vueltas fue y dejó a la niña en un parque, cubierta de miel y algo aturdida.

Seguramente necesito a alguien que tenga semanas sin comer. Y es así, que de inmediato se fue a buscar niños de la calle. Esos niños que siempre están sucios, que son mas delgados que una lombriz y que siempre andan pidiendo.

A pocas cuadras encontró uno. Era moreno, cabello lacio y tostado por el sol. Niño mas delgado que este no puede haber.

Se lo llevó a casa y comenzó a alimentarlo con helado y mucha piña.

El pequeño comía como si no hubiera mañana. A las tres horas la curiosa hizo la prueba.

La sangre era mas espesa, ácida, pero con un toque de dulce al final y el sabor metalizado había desaparecido por completo, esto hacía que el sabor fuera agradable…

Este es un pequeño resumen del libro que Maka Wizard, publicará hoy.

Etiquetas: escritora sangre

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